Nota XI
Alegremia en la Facultad de Medicina de Cuenca (Ecuador)
Estamos en las cómodas y cálidas instalaciones del Teatro Universitario “Carlos Cueva Tamariz”, en la ciudad de Cuenca, Ecuador.
Es lunes 5 de junio de 2006 y estamos expectantes ante el inminente inicio de la ceremonia inaugural del IX Seminario Internacional sobre los Niños, la Salud y la Ciencia.
“La Alegremia en el Desarrollo del Arte, la Enseñanza de la Salud y las Ciencias”, es el provocativo lema elegido para este año.
Nos disponemos a disfrutar por cinco días este Seminario en homenaje al 15º aniversario de la reconocida Fundación “Niño a Niño” Ahorita, como tan tiernamente se expresan en este país, vemos subir al escenario al querido amigo y compañero Hernán Hermida Córdova, Decano de la Facultad de Ciencias Médicas.
Nos deleitamos con su discurso sencillo y claro, y nos atrevemos a compartir por medio de esta nota, algunos de sus sentipensares:
“En este evento se añade un concepto que si bien siempre estuvo presente en nuestras mentes, no tenía un vocablo que lo defina, que represente esa satisfacción, ese “estar bien con uno mismo y con los demás”, ese estado de optimismo y alegría permanentes, ese sentimiento de solidaridad colectiva. El término ha sido acuñado para siempre y su difusión en la Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos, ha permitido llevarlo a todos los rincones del planeta: ALEGREMIA.
La Alegremia, no puede definirse con exactitud, ni cuantificarse con indicadores empíricos, porque es un concepto que precisamente se opone al positivismo. El término es humanista y su concepción es esencialmente cualitativa.
Hay quienes definitivamente no lo aceptan, pues no pueden entender más allá de lo que pueden medir, tocar o sentir. Otros los confunden con la risa, evento momentáneo, que parece tener algún efecto benéfico temporal por la liberación de endorfinas. En este punto es necesario señalar la deformación que presenta la película Patch Adams, sobre un hombre que nunca pretendió hacer de payaso para conseguir risas efímeras en pacientes crónicamente angustiados. La Alegremia es otra cosa: es amor, es ternura, es dicha duradera y persistente, es el respeto por la diversidad, es un equilibrio con la naturaleza, es un bienestar biológico, sicológico y social, es todo eso y mucho más. La Alegremia surgirá espontáneamente cuando la estructura social sea equitativa y solidaria.
La salud de nuestros hijos y nietos, la salud de las generaciones futuras, dependerá de lo que ahora, nosotros, hagamos o dejemos de hacer. La salud, hace tiempo dejó de ser un patrimonio de médicos y especialistas que se adueñaron del conocimiento para venderlo a precios elevados. La salud, el bienestar, la Alegremia, debe ser una construcción colectiva, en donde los saberes de todos se compartan, en donde se discuta democráticamente lo que es provechoso para nuestro bienestar y lo que debemos rechazar por perjudicial”
Agradecemos al compañero Hernán por su aporte académico para la difusión de la “Alegremia” como propuesta pedagógica para la Salud de los Ecosistemas. Y por la profundidad y belleza de sus reflexiones que enriquecen este caminar colectivo de nuevos amaneceres, nuevos significados y nuevos valores.
Julio Monsalvo
Próxima nota: Alegremia en México