Nota XII
ESPERANZA Y ALEGREMIA EN MÉXICO
Con el “Colectivo Salud en Movimiento” iniciamos un trabajo con niñas, niños y mujeres de la comunidad Rincón Chiquito, cuyos objetivos fueron los de desarrollar actividades de prevención y promoción de salud, reflexionar junto con las mujeres sobre los determinantes sociales de la salud-enfermedad, y reflexionar JUNTO CON LASNIÑAS Y NIÑOS sobre cada uno de los componentes esenciales del ecosistema local: Aire, Agua, Alimento, Albergue, Amor, Arte y Aprendizaje.
Rincón Chiquito es una comunidad rural de la región norte del Estado de Guerrero, uno de los más pobres de México. Pertenece al Municipio de Tepecuacuilco, catalogado de alta marginación. En esta comunidad viven alrededor de 88 familias que se dedican en su mayoría a la agricultura de temporal, en tanto que otras trabajan en la destilación del mezcal. Algunas adolescentes salen a otros pueblos a trabajar en la maquila, y en muchos casos el jefe de familia ha emigrado a los Estados Unidos en busca de trabajo. Las mujeres, aparte del trabajo doméstico, intervienen en las labores del campo. Muchas de ellas se dedican a elaborar artesanías en bordado.
Existe una escuela primaria y una cancha de juego que los pobladores ocupan también para sus eventos sociales. El agua proviene de un manantial que se agota en la temporada de secas.
Empezamos a trabajar el Proyecto Esperanza y Alegremia con el propósito de que los niños y las niñas no pierdan la esperanza en un mundo mejor para ellos, y que no pierdan de vista que tienen derecho a tener una educación, un hogar y un ambiente sano, y unas relaciones familiares y sociales basadas en el respeto y en la solidaridad, y no en la violencia. Partimos de saber que todos los seres humanos tenemos derecho a ser libres, sanos y alegres, y que el bienestar a nivel individual y colectivo depende de las relaciones que establecen los seres humanos entre sí y con su entorno.
Las actividades de las jornadas de trabajo se realizaron con la metodología participativa niño-niño.
Se desarrollaron dinámicas grupales para reflexionar sobre cada uno de los temas a través de cuatro preguntas: ¿Cómo te sientes siendo “A”?, ¿Qué significa “A” para tu vida?, ¿Cómo está “A” en tu ecosistema local?, ¿Qué puedes hacer para mejorar “A” en tu comunidad?
Asimismo tuvieron lugar entrevistas individuales con las niñas y los niños para conocer los significados sobre las “siete A”.
Algunas expresiones fueron las siguientes: “El agua es vida y alegría para mi vida”, “El aire limpio es salud, el sucio es enfermedad”, “Sin aire no puedo vivir”, “Mi casa es la comunidad”. “Necesitamos no hacer basura”, “La basura también nos enferma”, “Los niños y las niñas necesitamos respeto”, “Cuidar la naturaleza es cuidar nuestra casa”
Realizaron en equipo un collage con materiales propios de la comunidad, sobre cada uno de los temas. También participaron con dibujos, juegos y rondas, y se transmitieron videos con temas alusivos a la relación entre el hombre y su ambiente.
Al finalizar las jornadas, las madres asistieron a la presentación de los trabajos, y las niñas y los niños nos platicaron sobre sus vivencias durante los talleres.
Minerva Catalán Vázquez
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