NOTA VII
INTERSOMOS
Nuestra cultura occidental está viviendo un cambio de paradigma que se expresa esencialmente en la manera como nos relacionamos los seres humanos entre sí y con los demás seres de la Naturaleza. Están emergiendo nuevos valores y nuevas formas de mirarnos que constituyen una nueva ética de vida.
Estamos pasando de un paradigma antropocéntrico a un paradigma biocéntrico, es decir, de creer que el ser humano está por fuera de la Naturaleza y que puede adueñarse, controlar y entenderlo todo, a concebir que el ser humano le pertenece a la Naturaleza y que es una hebra más del complejo tejido de la Vida.
Este cambio de paradigma lo vivenciamos en todas las dimensiones de nuestra existencia: la cotidianidad, las relaciones sociales y políticas, y la ciencia.
La nueva ciencia ha descubierto que los sistemas vivos, incluyendo nuestro planeta y nuestro cuerpo, no funcionan mecánicamente, que no se fabrican por separado y se ensamblan después. Los sistemas vivos surgen en el devenir de la red de relaciones que es la Vida. Y esta red implica un orden dinámico intrínseco, es decir, una sabiduría propia.
Somos emergencia de las relaciones entre todos los seres vivos. Formamos parte de una misma historia. Entenderlo nos conmueve, y asumirlo cambia profundamente nuestra relación con todos los seres de la Naturaleza, incluyéndonos.
Desde el paradigma antropocéntrico nos hemos acostumbrado a relacionarnos mecánicamente entre sí. Esta racionalidad nos mantiene presos de nuestra irresponsable indiferencia y de nuestro soberbio protagonismo como seres humanos.
Superar este paradigma implica asumir que somos en, para y con los otros, es decir que “intersomos”.
Todos los seres de la Naturaleza intersomos, nos hacemos los unos a los otros en cada instante. Todo lo que nos sucede es expresión de lo que le está sucediendo al Universo entero.
Salud de los Ecosistemas es vivir el intersomos.
Nuestro devenir es sagrado, así como el de cada árbol, cada hoja y cada gota de rocío. No existimos para ser usados para algo ni por alguien. Nuestra existencia es una de las infinitas maneras con las que la Vida se cumple a sí misma.
Las cosas no suceden por nosotros, sino con nosotros, y eso significa que nuestro compromiso con la Vida es tan ineludible como nuestra confianza en ella.
Interser es uno de los dones de lo femenino. Lo femenino es esa fuerza distorsionada y despreciada por el antropocentrismo a la que dichosamente estamos retornando en este cambio de paradigma.
Uno de los desafíos más importantes del momento histórico que vivimos, es asumir que intersomos. Es decir, permitir que este sentimiento transforme todos los escenarios de nuestra vida: el íntimo, el de nuestros diferentes haceres y saberes, y el político. Al asumir que intersomos surge el respeto y la gratitud. Apenas estamos intentando descifrar las profundidades y complejidades de este nuevo paradigma. El camino es incierto, pero el ahora es emocionante y esperanzador, porque está surgiendo al encontrarNOS y al darnos cuenta que lo esencial está dentro de nosotros mismos.
¡Que nos transforme la Vida saber que intersomos, porque lo necesitamos con urgencia!
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Sandra Isabel Payán Gómez