Cartas que salen del cuerpo » #7 - ¿Derecho a la Salud o Derecho a la Atención Médica? (29/05/05)

Última actualización: 25/06/2009

Salud no es igual a “Medicina”, Salud no es igual a “Atención Médica”, Salud no es igual a “acceder a medicamentos”. El Derecho a la Salud es mucho más que el derecho a la atención médica. 

El sistema dominante ha logrado, con su discurso econométrico, reducir el reclamo por la vigencia al derecho a la salud como una exigencia a la accesibilidad a una correcta y oportuna atención.
Esta carta que sale del cuerpo es una invitación a valorar el “Derecho a la Salud” como...el “Derecho a vivir en Salud”, como el Derecho a la Salud del Planeta.
El 7 de abril de 1948 entró en vigencia la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) De todos los principios establecidos en el Preámbulo de esa Constitución, quizás el más conocido sea aquel que intenta expresar una definición de salud: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”
Cuestionamos el concepto “estado de salud” fundamentalmente por dos razones.
Por una parte se tiende a una imagen mental de salud de una situación ideal inalcanzable, que nunca se llega y que un poder externo es el que la otorga, a cambio de un pago monetario o no, siempre desde una relación asimétrica de poder, “alguien que sabe indica a quien no sabe lo que debe hacer” generando una no saludable relación de dependencia.
Por otra parte, la definición “de estado de salud” nos lleva a esa imagen de “normalidad” que se dibuja en la curva de Gauss.
Pesamos, medimos la talla, registramos los valores de la presión arterial, etc. en una población determinada. Los distribuimos y tenemos una línea media y “un desvío estándar” a cada lado de la misma. Los que están a izquierda son petisos, o flacos o hipotensos, A la derecha son altos, gordos o hipertensos. El resto es “normal”
Es una pena que se pretenda forzar la salud a un “modelo” o a un “estado” que alguien decidió que “así debe ser”.
La vida es dinámica. Así como percibimos enfermedades que nos traen consecuencias leves, moderadas o graves, la salud puede ser cada vez más saludable...
De allí que hemos propuesto a la “alegremia” como indicador de salud. La alegremia no se mensura, sin embargo... ¡se percibe! Se percibe en las estrellas en los ojos, en la luz de los rostros, en la paz de los paisajes interiores...
Y esto no es algo personal sino una construcción colectiva, solidaria.
Visualizamos pues el Derecho a la Salud a disfrutar el vivir saludablemente en un ecosistema saludable.
Invitamos a llevar nuestra mirada al ecosistema local del cual formamos parte. Cuando tomamos consciencia de esto, nos sentimos movidos a incursionar en cada uno de los componentes de nuestro ecosistema local, ya que todos conformamos la trama de la vida.
Un grupo de niñas y niños de 8 a 11 años en la ciudad de Azogues, Ecuador, compartiendo inquietudes reflexionando sobre estas “seis A” de la Esperanza para tener “Alegremia” se expresaban de esta manera:
 
Un ecosistema con “Aire puro, Agua limpia, Alimentos saludables, Albergue que sea protección, Amor que se trasunta en el vivir en paz con relaciones sociales, políticas, económicas y ambientales solidarias, en donde el Arte sea la expresión de la creatividad, la fantasía y la imaginación..”  
         
Este viajar, explorar, vivir nuestro ecosistema, hace que desarrollemos un pensamiento ecosistémico.
El pensamiento ecosistémico nos permite comprender que la salud y la vida de las personas está relacionada con la salud y la vida de todos los componentes del ecosistema: el suelo, las aguas, la flora, la fauna, el aire y por supuesto, también nosotros, los especimenes de la especie humana, con sus relaciones sociales, políticas, económicas y ambientales.
Este pensar y sentir que estamos todas y todos interrelacionados, nos lleva a una ética diferente a la del sistema dominante, a un ética respetuosa de la vida.
Asimismo nos despertamos a otra lógica. Una lógica que obliga a que el foco de atención de las políticas, las estrategias y los planes estén centrados en la salud de los ecosistemas.
Una ética y una lógica notoriamente diferente a las del neoliberalismo. El neoliberalismo se posiciona con la visión de un ser humano fuera y contra la Naturaleza, una ética utilitarista con una ciencia y técnica de la manipulación a su servicio y ostentando una actitud de dominación.
No nos podemos quedar en este planteo. Es urgente formular y, sobre todo, ejecutar políticas que estén centradas en la Vida.
Urge que todos los movimientos progresistas del mundo se unan en centrar su mirada en la vida. Y con esto estamos diciendo corrernos del paradigma antropocéntrico hacia un paradigma biocéntrico.
La continuidad de la vida de la especie humana se halla en grave riesgo ante la desaparición acelerada de las especies vivas.
Múltiples vivencias en centenares de talleres, como a los que hemos asistido en la Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos, en los Foros Internacionales en Defensa de la Salud, en los Foros Sociales Mundiales y en muchos otros eventos que protestan y proponen nos muestran que este ensoñar es posible.
Sin embargo los Pueblos Originarios y las comunidades campesinas que desde siempre se han sentido parte-de la Naturaleza, son quienes, con su estilo de vida, nos dan las lecciones que con más elocuencia nos proporciona la evidencia de que Otro Mundo es Posible.
 
Hasta la Victoria de la Vida Siempre !
Un fraterno abrazo!!
Julio

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