Cartas que salen del cuerpo » #13 - Economía no monetaria (26/08/06)Última actualización: 21/06/2009
¿Es que existe una economía que no sea monetaria? Recordemos que “economía” es “administrar la casa” (eco: casa; nomìa: administrar) Nos dicen los estudiosos que primitivamente esta palabra significaba “ama de casa”.
Luego, con el capitalismo. fue adquiriendo el significado que todos les atribuimos, hasta tal punto de constituirse “ama y rectora” de las decisiones en las macro políticas.
El ingreso monetario pareciera que es la “única variable” a considerar tanto en lo personal y familiar, como en lo comunitario, en asociaciones, clubes, municipios, naciones y relaciones internacionales.
A todo se le asigna un “precio”, ya sea un objeto material o un servicio del tipo que sea.
Se “mide” el progreso de una región o país por el llamado “producto bruto interno”, que es la suma de todo lo que se produce y de las actividades que se realicen.
Y en esto entra todo, salarios de maestros y bicicletas que se fabrican hasta los rentables cultivos de soja transgénica, la fabricación de agrotóxicos, de armas y de otras lindezas por el estilo.
Contaminación de las aguas y de los suelos, malformaciones congénitas, enfermedades de todo tipo y otros daños que todo esto ocasiona, no se miden, no se lo pone precio.
Siempre agradezco a la Diosa Vida que me trajo a este fascinante norte argentino con su biodiversidad cultural.
De los pueblos originarios y de las comunidades campesinas he desaprendido conceptos que en la cultura en que me “malcrié” no se discuten, tales como “progreso”, “seguridad económica” y cosas por el estilo.
Lo que sí he aprehendido es esta otra economía sin dinero que está siempre presente, esa administración de la casa que son las prácticas solidarias, la minga, el compartir saberes, el intercambio de semillas y de plantines y mucho más.
Y también está en esos grupos la “variable monetaria” con otro enfoque totalmente diferente. Se trata de organizarse en un mercadeo local promoviendo, por ejemplo, ferias en pueblos vecinos
Este enfoque diferente de lo monetario lleva implícita otras pautas de consumo.
Nunca olvido mi diálogo con Roberto Panichini Márquez, lonko de la comunidad Huilliche, en Cucao, en la costa occidental de la Isla Grande de Chiloé.
Conocí a Roberto Panichini Márquez remando por el Lago Cucao, junto a su esposa Orfelina y sus hijos transportando visitantes.
Durante el viaje comparte muchas cosas.
Nos cuenta con gran claridad de las defensa de los bosques nativos que en esos días desarrollaban en sus comunidades ante la agresión de multinacionales forestales.
Esas que, coherentes con el paradigma utilitarista, ve a los árboles y a la Naturaleza todo como “recursos” para “sacarles provecho.
Roberto nos relata acerca del comportamiento de la comunidad con su entorno, asombrándonos la respetuosa sabiduría en el trato con toda forma de vida.
Por ejemplo, cuenta que cuando un árbol concluye naturalmente su ciclo, es el momento en el cual recién lo trabajan para satisfacer alguna necesidad.
Reflexiona acerca de esa sabiduría transmitida generación tras generación para satisfacer las necesidades humanas de manera sustentable. Hace un alto y nos dice… “pero vino el maldito dinero…” y de allí el consumismo…”nuevas necesidades”…
¡Cuántas veces se han destruido organizaciones económicas propias, solidarias, cuando ha llegado “becas”, “subsidios” u otras formas de ingresos monetarios sólo para algunos pocos de la comunidad!
En el Distrito Aguablanca en Cali, Colombia, las viviendas están una tras otra sin espacios de jardines. Algunas vecinas decidieron sembrar en sus terrazas en puñaditos de tierra contenidos en botellas de plástico, cañas partidas por el medio, cajones. Contra todos los pronósticos de los técnicos, comenzaron a cosechar tomates, orégano, filantros, zapallos… Lo más bello fue tomar conciencia que cosechaban el descubrir una economía solidaria ya que todo ello era compartido en la “reunión de los miércoles” en el salón de una escuelita.
Carlinha, una de las vecinas, al presentar un hermoso zapallo que había cosechado, decía: “mi zapallo es tan valioso que no lo vendo ni lo cambio, sólo lo regalo”
Tengo ante mi vista un papel con muchas flores y colores pintadas por diez niñitas de “Posta del Salado”, una comunidad formoseña, muy felices por haber recibido nuestra visita.
Se destaca la palabra “Amor”
Y luego expresan: “Vengan a visitar Posta del Saldado, queremos jugar, queremos conocerlos, queremos ser amigos de ustedes, queremos cantar”
¿Qué mejor que los sentires de estas niñas expresados tan sencillamente para reflexionar acerca de las necesidades esenciales?
Hasta la Victoria de la Vida Siempre !
Julio |
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