Carta No 29: 05/10/10
CIVILIZACION MATRÍSTICA
Abandonar la Cultura Antropocéntrica y abrazarnos a la Cultura Biocéntrica, es la consigna revolucionaria.
¿Para qué la Revolución? En primer lugar para sobrevivir.
El Antropocentrismo es agresivo. Provoca que los especímenes de la especie humana se agredan entre sí y agredan a toda forma de vida. Agreden al Planeta, que también está vivo. Una agresión suicida. La supervivencia de la Humanidad está en riesgo.
Esta Revolución no es sólo para sobrevivir sino para “vivir bien”, en plena felicidad personal y colectiva. Para ello es necesario que la Revolución en marcha vaya construyendo una Nueva Civilización.
En Cartas anteriores comenzábamos a señalar algunas de las características esenciales que imaginábamos de esa Nueva Civilización.
Decíamos del sentido de pertenencia, pertenencia a la Madre Tierra, y de la ecoalfabetización, comunidades humanas organizadas con la lógica de la “ayuda mutua”
Sentipensamos que el retorno a lo “Matrístico” es otra de las características esenciales.
¿Por qué retorno a lo Matrístico? Porque se trata del modo de vida que primitivamente teníamos los humanos, según plantea Humberto Maturana, prestigioso científico chileno, apoyado en diversas investigaciones.
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A este modo de vida, centrado en la cooperación no jerárquica, Maturana lo denomina “Cultura Matrística”, porque “la figura femenina representa la conciencia no jerárquica del mundo natural al que pertenecemos los seres humanos, en una relación de participación y confianza, no de control ni autoridad”.
Resaltamos que no se trata de una cultura “matriarcal”. La cultura matriarcal tiene las mismas características de la patriarcal, con la diferencia que quienes dominan son mujeres.
Lo Matrístico es lo opuesto al Patriarcado, propio del Antropocentrismo, caracterizado por la competencia, la jerarquía con ansias de poder, de dominación y de control.
Comunidades de seres humanos sintiendo la pertenencia al tejido de la Vida como una hebra más, ecoalfabetizados ayudándose mutuamente y que han retornado a la relación matrística de confianza, es parte del paisaje que visualizamos en este camino revolucionario de cambiar el Antropocentrismo por el Biocentrismo.
Un paisaje en el cual, con una dinámica en alegre ebullición, fluyen continuamente maneras respetuosas de satisfacer las necesidades humanas, cuidando comunitariamente toda forma de vida.
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!
Julio