Cartas que salen del cuerpo » N° 74 - "De algo hay que morir..." -I- 03/04/12

Última actualización: 03/04/2012

 Carta 74: 03/04/12

 
“DE ALGO HAY QUE MORIR…” - I -
 
Estoy mirando con mucho interés un corto en el Festival de Cine en Oberá, Misiones, allá por el 2007.
La periodista muestra fábricas de papel instaladas en diversas partes del mundo provocando contaminaciones diversas.
En un momento dado entrevista a un obrero de la pastera instalada en Fray Bentos, en Uruguay.
“Dicen que contaminan… Bueno, de algo hay que morir, morir de hambre o de cáncer da lo mismo”.
La expresión de su rostro y lo que dice,  me impactan profundamente:
Viene a mi memoria las explosiones en la Fábrica Militar, en Río Tercero, Córdoba, en 1995. Hubo personas muertas, cientos de heridos y miles de familias evacuadas.
Al poco tiempo siento voces que reclaman la reactivación de esa fábrica, ya que “de algo hay que morir”.
No debemos juzgar a quienes se expresan de esta manera. El sistema económico capitalista ha impuesto la esclavitud al dinero.
Es inherente al capitalismo la acumulación por parte de unos pocos y el salario y el no-salario para la inmensa mayoría. Un panorama de injusticias, pobrezas e indigencias.
¿Qué poderosos aparatos de “educación” se han puesto en marcha para hacer posible esta sutil colonización mental? Aceptar tener como algo natural el horizonte “hambre o cáncer”. ¿Cómo se ha perdido el rumbo de la felicidad?
Desde la “revolución industrial” han sido millones y millones los desplazados de las zonas rurales a las ciudades. Van en busca de un salario… para comprar industrializado lo que antes producían para sí mismos y para sus vecinos de manera natural y saludable.
He visto familias emigrando a ciudades a vivir en villas porque “hay vidrieras y se puede conseguir un sueldo”. Familias que vivían en un campo propio a orillas del Río Paraná.
He escuchado a humildes peones rurales dar gracias a Dios por conseguir un trabajo temporario como fumigador de agroquímicos. Un trabajo para enfermarse y para morir.
“Todos tenemos que ser consumistas”, parece ser la consigna de la colonización mental.
Se dice que el incremento del consumo es un “buen indicador”.
Mayor consumo significa mayor producción. ¿Es necesario todo lo que se produce?
Mayor producción demanda más energía. Energía provista por usinas alimentadas por combustibles fósiles, usinas nucleares o grandes represas hidroeléctricas.
¿Es un buen indicador el mayor consumo?
Más deforestación, más calentamiento global, más pérdida de la biodiversidad,  mayor riesgo para la supervivencia de la especie humana.
Un modelo que hiere y daña al Planeta, a nuestra Única Casa, no es bueno para nadie, ni para el capital, ni para el salario, ni para el no-salario.
Un modelo generado por la cultura antropocéntrica de las tres ex: explotación, exclusión y extinción.
Hemos propuesto cerrar “todas las fuentes de trabajo” contaminantes, subsidiar a las trabajadoras y a los trabajadores hasta tanto se creen espacios de trabajo que sean de arte creativo saludable y solidario para satisfacer las necesidades humanas.
Para ello tiene que ser masiva la revolución mundial abandonando el antropocentrismo, el ser humano enajenado de la Naturaleza, y abrazar el biocentrismo, la Vida como centro de todo.
 Volver al sentimiento de pertenencia a Nuestra Tierra.
 
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio

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