Carta 80: 23/05/12
UN MUNDO SIN HOSPITALES
Viene a mi memoria el debate generado en la Mesa Redonda de clausura del XIV Congreso Argentino de Medicina General, por agosto de 1999, en la ciudad de Santa Fe.
Mi querido amigo, y profesor universitario, Horacio Pracilio me preguntó más o menos con estas palabras: “En tu cabecita, Julio, ¿qué imaginas para el futuro?”
Sin titubear respondí lo que en esos tiempos iba cobrando fuerza en mis convicciones: “Un mundo sin hospitales…”
Este convencimiento, que se refuerza a través de los años, se genera en este sentipensar Otro Mundo Saludable, en donde los seres humanos participemos, todas y todos, de la “Danza de la Minga de la Vida”, danza solidaria y armónica.
Un mundo en donde el fluir de los días nos encuentre en un continuo vivenciar relaciones saludables con y entre nosotras mismas/nosotros mismos y con toda forma de vida.
Se vivenciará así el Derecho a la Salud en plenitud, al que lo entiendo como el Derecho a la Salud de cada Ecosistema Local y del Ecosistema Planeta Tierra. Será realidad el derecho a ser concebido, nacer, crecer, desarrollarse y terminar el ciclo planetario en salud.
En el XXVI Congreso celebrado en noviembre pasado en Mar del Plata, expresé mi anhelo que las y los jóvenes allí presentes, sean participantes de campañas políticas en las que se exhiba como un logro, el cierre de máshospitales.
Hospitales que se hayan hecho innecesarios gracias a que la salud de los ecosistemas se ha consolidado.
Esta es visión del mundo que anhelo, la utopía.
En este caminar “hacia la utopía”, sentipienso que es necesario reflexionar y replantearnos la existencia misma de los hospitales hoy. ¿Son necesarios? Todas las personas que se internan, ¿deberían haber sido internadas? ¿Se podrían tratar muchas de estas personas en sus propios hogares?
Siempre recuerdo la conferencia que brindó en la Academia Nacional de Medicina en 1996 Pablo Regalsky, antropólogo argentino trabajando en Cochabamba.
Nos hablaba de las y los Jampiris, que se instalan en el hogar de quien está enferma o enfermo hasta su sanación. La sanación es una tarea de la familia y la comunidad.
A casi medio siglo de haber concluido mis estudios de medicina, mi afirmación es que la función por excelencia, sino la única, de quien opta por ser “Trabajadora o Trabajador de Salud”, es acompañar.
Hasta la Victoria de la Vida siempre!!
Julio