Cartas que salen del cuerpo » Nº 86 - Crecimiento y Desarrollo - 15/10/12

Última actualización: 15/10/2012

  Carta 86: 15/10/12

 
CRECIMIENTO Y DESARROLLO
 
Allá lejos y hace tiempo, en mi lejana juventud, ejercía la pediatría. Gracias a las enseñanzas del Profesor Alberto Chattás, tenía un entusiasmo rayano en el fanatismo, por lo que llamábamos “Consultorio del Niño Sano”.
El propósito era evaluar el crecimiento y el desarrollo de las niñas y de los niños, especialmente durante el primer año de vida, y de esta manera acompañar a la mamá y al papá en el cuidado de su hijita o de su hijito.
Sin ahondar en muchas disquisiciones teníamos muy en claro la diferencia de estos dos conceptos, por otra parte íntimamente relacionados.
“Crecimiento” se refería a las mediciones de peso, talla y perímetro cefálico que se relacionaban con la edad.  
En tanto, “Desarrollo” se entendía por las señales afectivas e intelectuales que se iban manifestando a distintas edades del cachorro humano: sonreírse, reírse, seguir con la mirada, ubicar un sonido, incorporarse, sentarse, las primeras palabras, los primeros pasos.  
En otras palabras, se registraba el “Crecimiento” con datos cuantitativos y el “Desarrollo” con observaciones cualitativas.
Más adelante, me entero que regiones y países son categorizados como desarrollados, en vías de desarrollo y subdesarrollados, según las cifras de su Producto Bruto Interno.
Con esa lógica, inevitablemente “desarrollo”  nos presenta  imágenes de un gigante que crece, consume, domina y que se constituye en una meta a llegar.
Para mí fueron muy iluminadores los sentipensares de Manfred Max Neef, el prestigioso economista chileno, Premio Nobel Alternativo en 1983:
 En la naturaleza, todo sistema vivo crece hasta un cierto punto en el que detiene su crecimiento, pero no detiene su desarrollo. El desarrollo puede seguir infinito, pero el crecimiento no.
Vaya un solo ejemplo: Uno de los gases responsables en gran medida del calentamiento global, es el Dióxido de Carbono (CO2). La mayor emisión del CO2 es debido a la actividad humana, especialmente por la quema de combustibles fósiles.
 Sin embargo, la producción es muy desigual. Según datos de la Naciones Unidas, el 20% más rico del planeta emite el 53%, en tanto el 20% más pobre, sólo el 3%.de CO2.
Estados Unidos,con el 4,6% de la población mundial emite  el 24% de CO2 global.
Nunca está de más reflexionar sobre cómo se vive en los países “desarrollados”. Países en realidad hiperconsumistas, hiperderrochadores, hipercontaminantes, acumuladores de la mal llamada riqueza, generadores de individualismo y de violencias de todo tipo.
He sentido muchas veces en diversos escenarios sobre el derecho de los pueblos a desarrollarse.
Me adhiero a este concepto, en tanto resignifiquemos el concepto de desarrollo distinguiéndolo del crecimiento.
Resignificar el concepto de Desarrollo de los Pueblos, como un desarrollo de otras pautas de consumo y de producción satisfaciendo las necesidades humanas respetando la Vida y toda forma de vida.
Un desarrollo colectivo de la espiritualidad, de las artes, de la creatividad para relacionarnos saludablemente entre todas las personas y con toda la vida. Y así vivir con alegremia.
           Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!!
                                                                     Julio

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