Carta 88: 07/11/12
KIOSCOS
Allá en Alma Ata, capital de Kazakstán, en 1978 se firmó la Declaración de Atención Primaria de Salud, en la cual los gobiernos de 134 países se comprometían a lograr a fines de ese siglo, el año 2000, un sistema de salud que pudiera dar cobertura a toda la población para atender sus problemas de salud.
En realidad, un mal llamado sistema de salud, pues se hace referencia a un sistema de atención de las enfermedades o, en el mejor de los casos, de personas enfermas. Propósito muy loable por cierto.
Para ello se establecieron ciertas pautas que deberían tenerse en cuenta para la formulación de las políticas.
Una de ellas habla de la intersectorialidad. Dice textualmente:
La atención primaria de salud entraña la participación, además del sector sanitario, de todos los sectores y campos de actividad conexos del desarrollo nacional y comunitario, en particular la agricultura, la zootecnia, la alimentación, la industria, la educación, la vivienda, las obras públicas, las comunicaciones y otros sectores, y exige los esfuerzos coordinados de todos estos sectores.
Algo que tiene un sentido muy lógico. “Cae de maduro” dice el dicho popular. Nadie se atreve a decir algo diferente.
Sin embargo, parecería que nadie se atreve a llevarlo a la práctica cotidiana.
Recuerdo a un querido amigo que conozco hace años y con quien tengo la confianza suficiente para hacerle recordar que en muchas ocasiones peca de ingenuo.
En una oportunidad tuvo a su cargo una dirección general en un Ministerio. Con mucho entusiasmo se propuso convocar a reuniones periódicas para que las distintas direcciones compartieran sus actividades y sus planes.
A la segunda reunión le hicieron saber que no estaban conformes, pues lo que hacían era “perder tiempo” y lo fundamentaban diciendo que “no es asunto mío lo de las otras direcciones”…
Mi amigo acuñó una frase: “estamos en una cultura kiosquera…”
Y la experiencia frustrada de mi amigo era dentro de un solo sector… Ni hablar de coordinación entre Ministerios.
Es que así nos enseñaron. “Cada uno en lo suyo...” El conocimiento así se enseña también, fragmentado…
Es necesario romper con los kioscos, interesarnos por todo, pues todo es asunto nuestro.
Quizás el camino sea enseñar y sobre todo vivir la transdisciplinariedad.
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!!
Julio