Recuerdo la Ceremonia de los Pueblos Originarios en esa mañana de domingo en Pumapungo, en Tumipamba, allá en Cuenca, en la plenitud de la majestuosidad de los Andes ecuatorianos.
Recordar es volver a pasar por el corazón y este volver a pasar por el corazón es lo que provoca estas revivencias.
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La música andina me recibe en ese escenario ceremonial decorado con pétalos de flores. Esa música me envuelve y me provoca esas mismas misteriosas vibraciones que ya sentía desde pequeño al escucharla.
Son múltiples y variados mis sentires durante esta Ceremonia.
Uno de los que llega a lo más profundo de mis células todas, se genera en el instante en que se nos indica elevar nuestras manos hacia los cuatro puntos cardinales, hacia el cielo y hacia la Madre Tierra…
Dirigir nuestras manos al Este, al Sur, al Oeste y al Norte, es participar colectivamente de una rogativa por todos los Pueblos del Mundo.
Vivencio que por las puntas de mis dedos penetran cósmicos vibrares que energizan los entusiasmos para participar en esta Asamblea y para continuar “el día después”...
En Bangladesh se cierra la Asamblea dando a luz al Movimiento Mundial por la Salud de los Pueblos. Un Movimiento que con vitales fuerzas moviliza sentires y pensares que llevan a la acción hacia un Mundo más saludable, basado en la paz, la equidad y el desarrollo ecológicamente sustentable.
En Cuenca se cierra esta IIª Asamblea abriendo, ante nuestros ojos, nuevos paisajes a recorrer con entusiasmos
Dicen que “entusiasmo” es llevar a Dios con uno mismo. Si es así, diría que es llevar a las Diosas y a los Dioses con uno mismo.
No hay un cierre... es un abrir que nos lleva a un encontrarnos ante una ascendente espiral de oportunidades y desafíos que la misma Vida nos regala.
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Y ya ha llegado ese “día después”
Estoy ahorita en el trópico, en mi amada Provincia de Formosa, contemplando el bello azul del bello Río Paraguay que apela a un sentimiento de fraternidad con toda forma de vida... y el Río es Vida...
En todas mis células está la memoria de las vivencias vivenciadas en esta IIª Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos.
He regresado valorando de una especial manera, el valor del encontrarNOS.
Encontrarnos compañeras y compañeros que estuvimos en Bangladesh y en otros senderos que hemos correteado en esta andar haciendo caminos de búsquedas saludables, al punto tal que ya “somos camino”.
Encontrarnos con nuevos rostros por vez primera, es sentir que ya somos compañeras y compañeros en este andar enamorados de la Vida
El estar enamorado de la Vida es una fascinante fuerza que nos da esos entusiasmos que nos hacen ser y sentirnos artesanas y artesanos revolucionarios por este Otro Mundo que ya se ilumina con las primeras celestes rosadas luces de su amanecer.
Un amanecer que nuevamente disfrutamos en esa mañana dominical en Pumapungo.
Un enamoramiento compartido con tantas compañeras y compañeros en el encontrarNOS en estos caminos que nos llevan a centrar todos nuestros sensopensares en la Vida.
Seguimos andando haciendo caminos tomados de la mano...
hasta la Victoria de la Vida Siempre !!
Julio