Aspectos Conceptuales » Ciudades con Esperanza y Alegremia

Última actualización: 15/06/2009

Ciudades con Esperanza y Alegremia.

Hacia la Salud de los Ecosistemas

Julio Monsalvo
 
Revolución por la Alegremia del Planeta
 
            ¿Por qué vivimos en ciudades? ¿Cuál sería la dimensión de una ciudad a escala humana? ¿Vivirá la humanidad urbanizándose cada vez más artificializando la vida? ¿Podrá sobrevivir de esta manera?
            Estas y muchas otras preguntas han sido estudiadas y lo siguen siendo desde  diversas disciplinas llamadas científicas.
            Se imaginan diversas respuestas y se ofrecen las más variadas propuestas
            Es necesario tener presente que el término “ciencia” ha sido apropiado por la cultura occidental.
            Cultura que no se ha ocupado demasiado en indagar otras visiones y aprender de la sabiduría de otras culturas.  
            Culturas que, desde otras maneras de situarse en el mundo, tienen su propia ciencia, con sus saberes y haceres.
            El autor de estas líneas sentipiensa que la especie humana, si sobrevive, lo hará viviendo solidariamente en pequeñas comunidades.
            Este sentipensar personal es una amalgama de especulación teórica y de ensoñares propios, anhelando un mundo saludable para las generaciones futuras, de las cuales forman parte ya sus nietas y nietos.
            En este instante de la Historia, la mayor parte de la humanidad vive en ciudades y una gran proporción en grandes ciudades con varios millones de habitantes. Esta es la compleja  realidad en la cual estamos en este ahora.
            Y en este ahora somos convocados a estas 1as. Jornadas “Ciudades que Enamoran”.
            “¿Por qué ciudades que enamoran?”, es la pregunta que se hacen compañeras y compañeros del Foro Ecologista de Paraná y del Programa Argentina Sustentable que la organizan.
            Se responden de la siguiente hermosa manera:
                                   “Porque queremos recobrar la sensualidad perdida de nuestras                          ciudades, sus aromas, sus sabores, sus colores; las grafías singulares de                                  su andar, de su memoria, de su identidad.”                                       
            Con el ánimo de contribuir a recobrar esta sensualidad, compartimos algunas reflexiones que intentan generar más alegría que circule en nuestra sangre, en otras palabras, elevar nuestra “Alegremia”.        
            La alegremia no se puede controlar ni expropiar, surge desde dentro de cada ser como emergencia de su relación profunda con los otros seres.
            La alegremia no se mensurará jamás. La alegremia se percibe al ser, estar y sentir la salud. 
            Sentir la salud con alegremia es sentir una salud en movimiento, se trata de una salud que puede ser  sin límites cada vez más saludable.
            Surge así la posibilidad de asumir la salud como un proceso de aprendizaje y liberación de cada persona y de cada pueblo.
            Se rompe de esta manera la concepción de salud como un “estado de normalidad” inalcanzable, que supone la dependencia eterna en el saber y hacer médico,
            La alegremia es la expresión de la  salud integral, de la salud ecosistémica. La salud ecosistémica es la salud de toda forma de vida y del mismo Planeta en su totalidad y no solamente la salud de los seres humanos.
            La salud ecosistémica no es la simple sumatoria de la salud de cada ser, sino que es la emergencia de las relaciones armoniosas entre todos los seres. En tanto las relaciones no-saludables emergen como la no-salud de todo el Planeta.
            La alegremia no es incompatible con la indignación y con los dolores que nos provocan las injusticias, las guerras, la violencia contra la vida en todas sus manifestaciones.
            Por el contrario, la alegremia nos genera fuertes e intensos entusiasmos para ser revolucionarias y revolucionarios hacia un mundo con Paz, Equidad y Sustentabilidad, es decir,  para vivir nuestra pertenencia a la Vida.
            Estamos convencidos que los seres humanos hemos venido a disfrutar nuestro paso planetario en salud saludable, vivenciando la Vida.
            Por todo ello, proponemos incursionar en la salud planetaria en su totalidad, invitando a ser protagonistas de esta Revolución por la Alegremia del Planeta.
 
Salud del Ecosistema Planeta Tierra
 
Nosotros, los seres humanos, vivimos en un ecosistema que es el Planeta Tierra. Un ecosistema al cual pertenecemos y que lo sentimos vivos en su totalidad. Somos Naturaleza, somos Tierra, pertenecemos al Cosmos.
Los seres humanos somos una especie viva más. Somos vida dentro de la Vida. Este sentido de pertenencia lo encontramos en  todos los Pueblos Originarios.
Desde los tiempos de la modernidad, el hombre occidental ha ido olvidando  este sentimiento natural de pertenencia. 
La alegremia ha sido invisibilizada y desvalorizada. Ha sido reemplazada por los símbolos de prestigio y “progreso”. “Progreso” que en última instancia se ha reducido a la medición de la única variable “rentabilidad monetaria”
La cultura occidental, al dejar de sentir la pertenencia al Cosmos, quebró la unidad de la Naturaleza. El “hombre” se sitúa por fuera de la misma como dominador, controlador y explotador e instala una sociedad patriarcal
En este afán de dominar ha pretendido imponer un pensamiento único. Sin embargo, a pesar de tener el dominio de los grandes medios de comunicación y de la educación formal, no ha logrado hacerlo
Jamás lo logrará ya que la Humanidad posee la gran riqueza de la biodiversidad cultural.
Es importante recordar que todos tenemos el privilegio de tener nuestras raíces en los pueblos originarios. Esto significa que dentro de cada uno de nosotros está la posibilidad de reencontrarnos con esta manera de relacionarnos con la Vida 
Es muy alentador encontrar este sentido de pertenencia en la mujeres campesinas de nuestro Norte, nuestras queridas “doñas”. Vemos en ellas un ser/estar custodias de estos valores que hacen a la esencia de la Vida.
La mujer es quien administra la economía familiar, vela por la salud, la educación y por la identidad cultural.
En encuentros con grupos de “doñas”, en muchas ocasiones hemos percibido que la alegremia emerge en ellas y es reconocida y valorada.
Por el contrario, en los ámbitos donde señorean las relaciones patriarcales, se la ignora o se la subestima ya que lo importante en este modelo es lo que llaman  “progreso”.
La cultura occidental considera que la especie humana se halla fuera de la Naturaleza, es decir fuera de la Vida.
Esta cultura ve a la Naturaleza como “recurso”. Habla de “manejo racional de recursos naturales”
Detengámonos en esta afirmación:
Al  expresar “manejo”, se arroga y legitima el poder de controlar, disponer, explotar y acumular.
Luego califica ese manejo de “racional”. La racionalidad ha sido jerarquizada de manera excluyente y hasta endiosada. En tanto se subestima atributos tan humanos como la sensibilidad y la intuición, ignorando y hasta despreciando el amor.
Por último, “el objeto” de esta actitud, los llamados “recursos naturales” Está tan generalizada esta expresión que aun en los discursos más progresistas la escuchamos refiriéndose a la defensa de… ¡los “recursos” naturales!
Los mares, los ríos, los suelos, los bosques, las aves, los seres acuáticos, la fauna, las flores, no se sienten como vida sino como “recursos”.
Este no-sentir la vida se expresa como racionalidad utilitarista lo cual impide vivenciar la alegremia.
El  no-sentir la vida es lo que distingue a la cultura occidental. Cultura que hace más de cinco siglos decidió dominar el mundo con una característica distintiva en la historia de los conflictos humanos.
No  se conformó con invadir, ocupar territorios y sojuzgar a sus pueblos, sino que también procuró y sigue procurando imponer sus valores.
En las últimas décadas es abrumador el poder desplegado para imponer la lógica del mercado neoliberal, intentando homogenizar pautas de consumismo.
“Quieren que todos tomemos coca cola y que todos nuestros niños jueguen con pockemon”, nos decía lúcidamente el dirigente campesino Hugo Blanco, del Perú, en el Foro Social Mundial de 2002 en Porto Alegre (1)
En las ciudades que construimos desde  esta lógica, se ha artificializado la Vida, condicionando, aprisionando, asfixiando la posibilidad de vivir como seres humanos con alegremia.
Con el convencimiento de algunos y con el cinismo de otros, se pretende legitimar esta imposición alegando que se está cumpliendo con la misión de llevar “la civilización”.
Este no-sentir la vida ha generado modelos y sistemas de relaciones que no son precisamente sustentables.
La sustentabilidad se entiende como la conducta humana que satisface sus necesidades sin comprometer las condiciones de vida de las generaciones futuras.
Se dice que se necesita energía y no se cuestiona el cómo obtenerla. Mucho menos se pregunta reflexivamente ¿energía para qué? Y ¿energía para quiénes?
Se produce energía instalando usinas nucleares, extrayendo combustibles no renovables hiriendo a nuestra Madre Tierra, construyendo inmensas represas en ríos de llanura, etc. Todo esto provoca enormes transformaciones en los ecosistemas que modifican de manera negativa las condiciones de vida de la población
Este es un ejemplo entre tantos que demuestran la no sustentabilidad de esta conducta.
El modelo de “desarrollo y progreso” dominante en el mundo, ha demostrado su gran capacidad para alterar la vida de las generaciones actuales y futuras y comprometer incluso la supervivencia de la especie humana
Al respecto nos dice el biólogo Niles Elredge:
            “Tendrá que pasar mucho tiempo después que hayamos corregido                                   nuestra conducta (o de que nos hayamos extinguido) para que la                                          evolución reemplace a las especies desaparecidas y reconstruya los                              ecosistemas perdidos             o severamente dañados” (2)
 Esta afirmación de Elredge surge ante la acelerada desaparición de especies vivas constatadas en los últimos años y que ha sido generada por el intervencionismo neoliberal en los ecosistemas locales. (3)
Es lo que se conoce como la pérdida de la biodiversidad. La biodiversidad es esencial para la continuidad de la vida de la especie humana. Vivimos porque hay otras especies vivas.
Es esperanzador el surgimiento de un nuevo paradigma científico generando una nueva ciencia que se acerca a las sabidurías ancestrales, en especial a este sentir la pertenencia al Universo.
Física cuántica, teoría de sistemas, teoría Gaia, autoorganización y otros conceptos claves, llevan a comprender la vida toda como una trama y a la especie humana como una hebra más de la misma.
Científicos que se hallan en las fronteras de la ciencia, vienen advirtiendo desde hace décadas acerca de la necesidad de un cambio en la conducta humana.
Es lo que llamamos un cambio de paradigma cultural.
Paradigma es el conjunto de conceptos consensuados por una comunidad y “que no se discuten”, se aceptan como modos y costumbres que no se cuestionan. (4)
Paradigma Antropocéntrico es el de la cultura occidental. El hombre como centro, dueño y señor de toda forma de vida. Son sus valores el tener; el crecimiento lineal de la producción y de la acumulación; la competitividad; las estructuras de poder piramidal; la visión dualista de la realidad (cuerpo/psiquis; materia/energía; etc.)
Cabe preguntarnos cómo se expresa este Paradigma Antropocéntrico en el desarrollo de nuestras ciudades.
En tanto el paradigma de las culturas de Pueblos Originarios es Biocéntrico. El centro es la vida y a ella le pertenecemos. Sus valores son el ser/estar; relaciones en redes; respeto; solidaridad; sustentabilidad; visión holística del universo.
Nuestro país tiene la enorme riqueza de la presencia viva de diversos Pueblos Originarios en todo su territorio.
Estamos invitados a un diálogo respetuoso con la disposición de receptar sus valores, sus saberes y sus haceres para recrear una sociedad solidaria y capaz de resolver sus necesidades de manera sustentable.
El antropocentrismo no sólo ha colocado al ser humano “fuera” de la Naturaleza sino también “en contra” de la misma. Su ciencia se ha constituido en una ciencia de manipulación a punto tal que demencialmente agrede al ecosistema Planeta Tierra.
Ecosistema Planeta Tierra que manifiesta su protesta con elocuentes síntomas que nos advierten que el hombre le ha generado no-salud.
El tomar conciencia de la magnitud de las problemáticas que ocasionan a esta no-salud planetaria, puede llevarnos a la riesgosa situación de sentir que las soluciones estén tan lejos de nosotros que nos genere una sensación de parálisis e impotencia que cunda de manera generalizada.
Sin embargo el ecosistema Planeta Tierra, está conformado por millones y millones de ecosistemas locales en los cuales podemos percibir que hay multitud de posibilidades para actuar de la no-salud hacia la salud.
Uno de estos ecosistemas locales es la ciudad en que vivimos.
 
Salud de los Ecosistemas Locales
 
Es en los ámbitos locales  donde tenemos la oportunidad y el desafío de trabajar por  la salud del Planeta de manera inmediata.
Nuestro ecosistema local es el hogar donde amamos, trabajamos, jugamos, estudiamos.
Es también el escenario en donde se nos ofrece el privilegio de ser protagonistas de una Nueva Historia, una nueva historia con Alegremia.
La inmensa mayoría de la Humanidad quiere vivir. Personas y grupos humanos realizan acciones que son transformadoras de manera espontánea y a veces silenciosa. Muchas veces sin tener noticias que en todo el mundo se suceden cosas similares.
Por otra parte, es necesario tomar conciencia que existe un gobierno mundial de facto. Nadie los eligió. Se trata de un pequeño grupo que concentra el poder y las llamadas “riquezas”. (5)
A este gobierno mundial de facto sólo lo mueve la insaciable voracidad lucrativa inherente al capitalismo.
El capitalismo tiene a la variable monetaria como único parámetro de evaluación de lo que llama “progreso”
De esta manera domina organismos internacionales, condiciona a los gobiernos de los países e impone decisiones que afectan a toda la humanidad. Le resulta imposible ver a la Alegremia como el principal indicador de la Vida.
 Cada vez se hacen más numerosas y multitudinarias las protestas ante esta situación de injusticia. Se rechaza abiertamente los dictados de quienes se sienten amos del mundo y se denuncia a sus cómplices locales.
Están surgiendo en nuestro continente, gobiernos sensibles a los clamores populares con diversos matices.
Más silenciosamente, también se generan propuestas que surgen de vivencias que se dan en la cotidianeidad.
Se trata de relaciones diferentes, otros modos de organización, nuevas maneras de producción más saludables, otras pautas de consumo, atención de los problemas de salud de manera solidaria, otros modelos de educación, promoción de saberes que generan prácticas autogestivas, afirmación de la soberanía alimentaria produciendo localmente semillas, fuentes de energía local no contaminante y mucho más formando parte de un  inmenso listado siempre abierto.
Foros sociales, locales, nacionales, continentales y mundiales, son algunos de los eventos en donde muchas de estas experiencias se comparten y surge el clamor por Otro Mundo Posible. (6)
Esta Nueva Historia es la historia de una revolución. La revolución del cambio de paradigma cultural, la Revolución de la Alegremia.
La Historia de un cambio radical de paradigma. La especie humana despojándose del antropocentrismo para aproximarse y asumir el biocentrismo.
El antropocentrismo, al creer que el hombre es el centro del universo, dueño y señor de la vida y de toda forma de vida, se expresa en la cultura de la desesperanza y del individualismo.
A pesar del proyecto de explotación, exclusión y extinción, tenemos hoy una rica y esperanzadora biodiversidad cultural. Felizmente  la Vida siempre se abre paso y triunfará con o sin nosotros.
Las culturas de Pueblos Originarios que habitan en nuestro propio país y en todo esta Abya Yala viven el Paradigma Biocéntrico. Sienten que la vida es el centro. Sienten que la especie humana es un componente más de la Vida a la cual debemos contribuir,
Abya Yala es el nombre que los Pueblos Originarios dan a este Continente, negándose a adoptar el que impuso el conquistador-invasor.
Abya Yala, en lengua “Kuna”, significa “Tierra en plena madurez”, un tan profundo como hermoso significado que nos habla de la esperanzadora sabiduría ancestral con propuestas para el mundo. (7)
Afianzar este Paradigma Biocéntrico quienes lo tienen y recuperarlo quienes lo abandonaron, es el camino de sanación con la consiguiente recuperación de la Alegremia.
Una sanación que se va concretando en el ámbito de cada sistema local. Una sanación alegrémica que se puede dar en cada una de nuestras ciudades
Esta Revolución Mundial, ya en marcha,  se da en el día a día en los ecosistemas locales.
Estamos participando en estas jornadas convocadas por compañeras y compañeros que ensueñan ciudades que enamoran
¿Cuál es la esencia de esa energía que los ha llevado a ensoñar ciudades que enamoran? ¿Y cuál es la esencia de la energía que nos hace participar en este ensoñar?      Hacernos estas preguntas nos impregna de esperanza y alegremia, pues nos hace tomar conciencia de que está en nosotros la potencialidad de sentir el biocentrismo.
 La Vida nos invita ser revolucionarias y revolucionarios por la Vida, aquí mismo, donde somos, estamos y trascendemos.
Esta invitación nos lleva a redefinir las dimensiones y prioridades y descubrir entonces que “lo pequeño” es “lo grande”, así como que “los pocos somos muchos” y que la fuerza está en lo sutil…
Un proverbio africano nos trae estas frescas brisas de esperanza:
“Mucha gente pequeña,
      en muchos lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas,
   cambiará la faz de la tierra.”
Y este hacer cosas pequeñas en muchos lugares pequeños tiene su expresión concreta en la generación de políticas saludables que son impulsadas por el protagonismo popular en ecosistemas locales.
 
Políticas Saludables
 
Bienvenidas sean las políticas que apunten a la defensa de la vida. Como ciudadanas y ciudadanos somos responsables de velar por el cumplimiento de las mismas.
Para ello tenemos que estar atentos y capacitados. Un aspecto que no es demasiado conocido, es el seguimiento de las políticas a través de la ejecución presupuestaria.
También tenemos que romper con la idea de estar siempre en la oposición y ver a toda persona que pueda estar en alguna función gubernamental como un enemigo.
Estamos en tiempos en los cuales compañeras y compañeros con vocación política partidaria, pueden hallarse desempeñando diversas funciones en medios gubernamentales teniendo oportunidades de intervención en la elaboración de políticas públicas.
Tarea ardua y difícil, para la que se requiere estudio, dedicación y perseverancia.
Quienes apuntan a políticas justas, deben sentirse acompañados y sostenidos por quienes están comprometidos con la Revolución por la Vida.
Debemos ser concientes que las políticas públicas no se generan sólo desde los ámbitos gubernamentales. El protagonismo popular, que se está viviendo en el mundo, también genera políticas. 
Políticas que tienen la legitimidad de las personas y de los pueblos ya que surgen de los anhelos y del sentido de justicia
No siempre surgen de la legalidad, ya que a veces una “norma legal” no es justa y el pueblo se moviliza para modificarla o derogarla y reemplazarla por otra.
El pueblo de Gualeguaychú lleva adelante una constante movilización oponiéndose a la instalación de una fábrica pastera en Fray Bentos, al mismo frente de su ciudad, Río Uruguay de por medio. Caracas (Venezuela), Bamako (Malí) y Karachi (Pakistán).
El pueblo de Esquel se puso de pie, llevó adelante la concreción de un plebiscito   y de esta manera logró frenar una explotación minera contaminante.
En 1996 el pueblo de Misiones, también mediante un plebiscito, dio un rotundo “No” a la construcción de la represa de Corpus.
En barrios de diversas ciudades, en pequeños pueblos y parajes, las y los vecinos se reúnen, cuestionan, se movilizan ante la evidencia de la contaminación generada por industrias (incluidas las papeleras en nuestro país); por el respirar y el estar en contacto con agrotóxicos; por el tránsito en las cercanías de escuelas y por muchos otras circunstancias del entorno que se perciben riesgosas para la salud
En los medios de comunicación estas acciones de los movimientos populares se presentan como si su único propósito fuera la “defensa del ambiente” Sin embargo debemos estar advertidos que se trata de la defensa de la vida en su totalidad, incluyéndonos a nosotros mismos, ya que “nosotras y nosotros somos ambiente”
Las políticas que se generan por este protagonismo popular tienen un mayor impacto y sustentabilidad. Se asumen con más fuerza pues inician un camino que está por hacerse, el camino de la Democracia Participativa con miras a una Democracia Directa. La Democracia Directa es el ideal al que suscribe el autor para ese mundo ensoñado de comunidades pequeñas.
La Iª Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos (Bangladesh, 2000) aprobó la Carta fundacional del Movimiento Mundial de Salud de los Pueblos, en donde se expresa la “visión” del mundo que queremos: un mundo basado en la paz, la equidad y el desarrollo ecológicamente sustentable. (8)
Con esta visión como norte en nuestro sentir, pensar y hacer, se propone la “Salud de los Ecosistemas” como un pensamiento articulador intersectorial y generador de políticas públicas.
Se destaca que se trata de “salud de los ecosistemas”, y no “salud y ecosistemas”, ya que este pensar se genera desde el sentir que los seres humanos somos Naturaleza.
 El pensamiento “salud de los ecosistemas” articula movimientos sociales con movimientos ambientalistas.
Ocuparse en erradicar la violencia y favorecer las relaciones armoniosas en nuestra vecindad, en las escuelas, en los ámbitos laborales y con todos los seres vivos, es también ocuparse de la salud del ecosistema local.
Recuperar este sentido de pertenencia a la Vida nos genera otra ética que nos lleva a construir nuevas relaciones sociales y políticas basadas en la equidad, la solidaridad y el respeto.
Esto significa que nos lleva a asumir otras pautas de producción y de consumo. En definitiva nos lleva a recuperar la Alegremia.
Proponemos que como criterio para definir políticas, planes, programas, cursos de acción y sobre todo para la ejecución de nuestras intervenciones, nos preguntemos si estamos aportando a la salud o a la no-salud del ecosistema local.
La salud del ecosistema local incluye la salud de todos y cada uno de sus componentes: suelo, aire, agua, flora, fauna y por supuesto la salud de la población humana comprendiendo la salud de sus relaciones.
Es frecuente que al acercarnos a grupos formales e informales que se ocupan de estos temas, escuchemos “somos pocos” o “estamos solos”
            Los pocos somos muchos aquí y en el mundo. Un ejercicio político es apelar a la estrategia del comunicarNOS, lo cual fortalece el sentido de pertenencia y al mismo tiempo nos anima al conocer experiencias similares.
            El comunicarNOS debe ser algo espontáneo y natural en todo militante revolucionario. El comunicarNOS contribuye en grande a generar la vital Alegremia.
            Compartimos a continuación una manera de comunicarNOS en los ámbitos locales.
            Se trata del Proyecto Educativo llamado “Esperanza y Alegremia” que pretende promover la conciencia de que somos Naturaleza y favorecer acciones para vivenciar nuestro ecosistema local, nuestra ciudad, con esperanza y alegremia.
           
Ciudades con Esperanza y Alegremia
           
            Los seres humanos manifestamos la salud saludable con la alegría circulando por nuestra sangre, por los niveles de Alegremia.
            Niveles de alegremia percibidos con sus luces, sus colores, sus músicas y sus canciones. Niveles de alegremia jamás reducidos a una cuantificación.
            Alegremia que estamos proponiendo para disfrutarla colectivamente en nuestros ecosistemas locales con toda la fiesta de la vida. Una invitación a disfrutar la Alegremia en nuestras ciudades.
            Allá por el 96, llegamos a un paraje rural en donde un grupo de doñas nos esperaban para conversar sobre saberes y haceres que hacen a la salud integral, a la vida toda.
            Muy curiosas nos pidieron que le contáramos qué era eso de “necesidades básicas insatisfechas”, que habían escuchado reiteradamente en boletines de noticias por las radioemisoras. La radio es una presencia muy apreciada en el campo.
            Al comprender que “necesidades básicas” se trata de “un número” estadístico, las sabias mujeres campesinas de nuestro Norte nos cuestionaron. (9)
            “¿Cómo pueden ser un número lo básico, lo que es esencial?”, nos decían. Inmediatamente se pusieron a reflexionar acerca de las reales necesidades básicas, sin las cuales no podríamos vivir.
            Así se identificaron componentes del ecosistema local que mágicamente todos comienzan con la letra “A”: Aire, Agua, Alimento, Albergue, Amor, Arte, Aprendizaje           
            Componentes esenciales para la vida que comenzaron a llamarse “las A de la Esperanza”
            En este “charlatorio” de mujeres campesinas se cuestionó justamente la concepción de la salud “como un estado de normalidad”, pues si esos componentes estuvieran sanos, tendríamos una salud cada vez más saludable.
            De allí surgió la visión de la alegría circulando por nuestra sangre.
            Este es el origen milagroso de la palabra Alegremia que hoy tiene una difusión y una aceptación cada vez más amplia.
            Esta idea que ha surgido de la sabiduría de las mujeres campesinas se expandió y ha dado origen al Proyecto Educativo “Esperanza y Alegremia” que ya se aplica en varias provincias y países de manera creativa y diversa. (10)
            Se ha trabajado con niñas y niños de todas las edades, en ámbitos formales e informales originándose programas de acción para llevarlo a cabo en su ecosistema local (sea la escuela, el barrio, el pueblo)
            También ha estimulado a la imaginación con canciones, música, obras de teatro, cuadros. Es un proyecto que es una idea-fuerza, sin pautas ni normas.     
            A modo de ejemplo, narramos una de las maneras de trabajar con la metodología de taller, es decir promoviendo trabajos grupales para facilitar la participación de todas y todos.
            Una vez formados los grupos, se invita a que cada uno elija una o más “A”: Aire, Agua, Alimento, Albergue, Amor, Arte, Aprendizaje      
            Luego se propone trabajar de manera colectiva las siguientes cuatro consignas:
 
  1. ¿Cómo me siento siendo “A”?
                        El propósito es apelar al sentimiento corporal de pertenencia a la   Naturaleza
 
  1. ¿Qué significa esta "A" para mi vida personal y para nuestra vida como vecinos?
                        Se pretende con este interrogante involucrarse vivencialmente con el entorno.
 
  1. ¿Cómo se halla esta "A" en nuestro ecosistema local?
                        El grupo decide cuál es su "ecosistema local" y de esta manera se procura facilitar una toma de conciencia de que la salud del ecosistema local es nuestra propia salud.
 
  1. ¿Qué podemos hacer para elevar nuestra Alegremia?
                        Se trata de motivar a una acción personal y comunitaria que aporte a la salud del ecosistema local.
 
 
Salud de los Ecosistemas, una sola Salud
 
            Le pertenecemos a la Vida, por lo tanto la Salud es una sola.
            Recuperar el sentimiento de pertenencia a la Naturaleza, llevará al sentir que somos Naturaleza, que somos también parte de nuestro ecosistema local.
             Esta concepción de salud surge de la superación que ya estamos viviendo  del modelo civilizatorio occidental, del sistema capitalista. 
            Es parte de la construcción de otro mundo posible, que comprende también a otras ciudades posibles con esperanza y alegremia
            La Salud es un proceso de aprendizaje permanente en el que al encontrarnos con los otros nos hacemos cada vez más concientes de lo que sabemos y de lo que podemos hacer.
            La Salud significa ser cada vez más libres y más solidarios.
            Allá en el horizonte está la Utopía que nos invita a caminar transformando el mundo en un mundo en que todo el Planeta manifieste su salud saludable con destellos multicolores de Alegremia. (11)
            La Esperanza y la Alegremia en nuestros paisajes interiores son generadoras de los indispensables entusiasmos para este serestartrascender como revolucionarias y revolucionarios, en el día a día, en la Revolución de la Nueva Historia por la Vida con Alegremia.
 
NOTAS:
 
(1)   Hugo Blanco manifestó esta expresión el transcurso de una Mesa Redonda que compartió con Rigoberta Menchú, durante el II Foro Social Mundial, realizado en Porto Alegre durante el año 2002
(2)    Elredge, Niles; La Vida en la cuerda floja; Tusquets, Barcelona, 2001
(3)   En la historia del Planeta se han producido cinco masivas extinciones de especies vivas en un período breve de tiempo, geológicamente considerado. Actualmente la mayoría de los biólogos admiten que estamos en la “sexta extinción” dada la acelerada pérdida de la biodiversidad y que la misma está ocasionada por el intervencionismo destructor del homo sapiens/demens al decir de Leonardo Boff. (“Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres”; Lumen; Buenos Aires; 1996)
(4)   El término “Paradigma” fue propuesto por Thomas S. Kuhn en su ensayo “La estructura de las revoluciones científicas”,  1962
(5)   Una elocuente expresión de este “gobierno mundial de facto” es el Foro Económico Mundial que se reúne en Davos, Suiza, desde 1971. Las organizaciones que de hecho gobiernan el mundo son especialmente la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización para el Desarrollo Económico, el G7 (El grupo de los  7 países más industrializados Francia, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Italia, Japón y Reino Unido, fue creado en 1975) y la Unión Europea.
(6)   El primer Foro Social Mundial tuvo lugar del 25 al 30 de enero de 2001 en Porto Alegre, Brasil, en la misma fecha en que se reunía el Foro de Davos como una contracumbre rebelde a la mundialización neoliberal. El propósito es proponer marcos teóricos y compartir experiencias concretas que contribuyen a “Otro mundo posible”. “Otro mundo posible” es el lema con que se han convocado los siguientes foros mundiales y también continentales, regionales, nacionales y locales. Los foros sociales mundiales se han celebrado en  Porto Alegre, Brasil (2001, 2002, 2003, 2005); Mumbai, India (2004); Caracas , Venezuela; Bamako, Malí y Karachi, Pakistán (2006); Nairobi, Kenia (2007)
(7)   Abya Yala, “Tierra en Plena Madurez”,  es el término con que el pueblo Kuna (hoy habitando lo que es Panamá), denomina al continente americano en su totalidad.  El líder aymará Takir Mamani es quien propuso adoptar este nombre. “Llamar con un nombre extranjero nuestras ciudades, pueblos y continentes, equivale a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros invasores y a la de sus herederos”
(8)    Del 3 al 8 de diciembre de 2000 se celebró la I Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos, en Savar, Bangladesh con el lema “Oir a los que nadie oye”, con la presencia de 1500 delegados provenientes de 94 países. “La Declaración para la Salud de los Pueblos”, firmada en esa ocasión es el documento liminar del Movimiento Mundial de Salud de los Pueblos. El párrafo “Visión” expresa textualmente: La equidad, el desarrollo ecológicamente sostenible y la paz son los ejes centrales de nuestra visión de un mundo mejor - un mundo en el cual una vida saludable para todas sea una realidad; un mundo que respete, aprecie y celebre toda vida y diversidad; un mundo que permita el florecimiento de los talentos y habilidades para enriquecer uno/a a otro/a; un mundo en lo cual las voces de los pueblos guíen las decisiones que afectan nuestras vidas. Hay más que suficientes recursos para lograr esta visión.” La II Asamblea se realizó en Cuenca, Ecuador, del 17 al 23 de julio de 2005 con el lema “Las voces de la Tierra nos convocan”.
(9)   El indicador de necesidades básicas insatisfechas (NBI) ha sido construido por el INDEC (Instituto de Estadísticas y Censos). El criterio establecido para determinar que un hogar esté con NBI, es aquel que posee al menos una de las siguientes características: 1) más de tres personas por cuarto; 2) que habiten en una vivienda de tipo inconveniente; 3) que no tengan ningún tipo de retrete; 4) que tengan algún niño de entre 6 y 12 años que no asiste a la escuela; 5) que tengan cuatro o más personas por miembro ocupado y además, cuyo jefe no haya asistido a la escuela o lo haya hecho sólo hasta segundo grado de nivel primario
(10)En el año 2004, Patricio Matute, comunicador trabajando en la Fundación Niño a Niño, de la ciudad de Cuenca, tiene la idea de proponer a las y los docentes de seis escuelas que cada una de ellas trabaje con las niñas y los niños una “A” En julio 2005, al celebrarse la II Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos en esa ciudad, ya son más de 60 escuelas de las provincias del Azuay, del Cañar y de Guayaquil que participan del Foro Global de la Niñez Esperanza y Alegremia, realizado en forma simultánea con la Asamblea. Hoy tenemos noticias que talleres de Alegremia ya se han realizado en diversas Provincias tales como Formosa, Chaco, Santa Fe, Buenos Aires, San Luis y también en la Capital Federal. En otros países, además de Ecuador, han tenido lugar talleres de la Alegremia en Colombia, Venezuela, México, Puerto Rico, Paraguay y Uruguay.
(11)Fernando Birri, gran cineasta argentino, director de numerosas películas de fuerte contenido social, fundador y director de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba, es el autor del siguiente pensamiento. “Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la Utopía? Para eso sirve: para caminar” (citado por Galeano en “Las palabras andantes”.

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