Hoy me siento inspirada
para hacer un vestido.
Blanco, lo quiero blanco,
que sea largo
como los años que he vivido,
para que traiga todos los recuerdos.
Ondulado, como el retorno de la vida
suave y sedoso
como prenda incapaz
ni de herir una célula.
Quiero vestirme sí
con la sabiduría
y luego…
no me voy a poner zapatos.
Pisaré las piedras descalza
para no equivocarme
no puedo errar el camino
con estas vestiduras.
Marthica, Martha Pérez Viñas,
La Habana, agosto 1993