En el mundo de la posesión y del consumo, pareciera que hay que recordar días para distintas circunstancias, porque nos hemos constituido en centro de nosotros mismos.
Todo al servicio del hombre que crece mirándose el ombligo, poseyendo y dominando... así nos va, basta mirar lo que pasa con la madre Tierra.
Quizás la mujer, porque lleva en sí el milagro de engendrar, puede darnos una nueva visión.
Al sentirse parte y no centro, permite una visión que se reconcilia en el Nosotros. La vida como dación...
Quizás por estar más cerca del punto de partida, siento la vida como acontecimiento, y también mi asombro hacia lo femenino.
Por eso quería compartir con ustedes en este día que son todos los días, lo que escribí hace un tiempo pensando en lo femenino.
Vaya como ejemplo La Vida y La Muerte, ambas femeninas que marcan el paréntesis, (paréntesis que significa muchas cosas...) que denotan el origen del nacimiento y el origen del interrogante final...
De allí lo que sigue unido a un abrazo cósmico:
ELLA
Por qué extraño
Designio
Me acompañan?
Porqué me habitan?
Porqué soy siendo?
La nada,
De ella vengo.
Me convirtió
En La vida,
La aurora
Y La mañana
Me dieron nacimiento.
La tarde
Comenzó mi crecimiento.
La noche
Apagó las sombras
Acogió mis sueños.
La lágrima en compañía
De La tristeza
rodó
Por La mejilla
Y se metió en
La boca a través
Del surco
De los años.
La soledad
Y La incertidumbre
fueron convencidas
por La utopía
a continuar
La búsqueda
del horizonte inalcanzable.
Al tocar mis labios
Encontró La sonrisa
no de mi gesto
sino de mi alma.
Y fue La alegría.
Se hizo
Alegremia.
La vejez vino
Inexorable,
A marcar
Las grietas
De mi piel ajada.
Me trajo también
La experiencia
que bailó alegre
con La timidez y
La vergüenza
de mi infancia.
Y de las cuatro estaciones
me perdí en
La primavera.
Y apareció
La muerte.
Hice una ronda,
nos tomamos de
La mano con
La ternura,
La pasión
La melodía
La emoción
La desnudez y
La paciencia.
Y nació
La palabra
Que me llevó
Hasta tí,
En pareja
La esperanza y
La creación
me empujaron
al éxtasis infinito.
Por fin siento quien sos,
Eres
LA POESÍA.
8 de marzo de 2010
Alberto Valente
valentealberto@fibertel.com.ar