Crónicas de Vivencias » En la Senda del Poeta, Jafeth GómezÚltima actualización: 27/06/2010
Relato de un Viaje por Europa 2010
En la Calle de los Pintores, París
EN LA SENDA DEL POETA
Vientos amables y generosos me han llevado nuevamente por diferentes lugares de Europa con mi mochila cargada de sueños y colores de esperanza. Tal ves como premio a la perseverancia y a la terquedad he sido empujado sutilmente no sé porque mano invisible por lugares que siempre anhelaba estar algún día.
Los pasos me han conducido casi al final de este recorrido hasta Radovan una pequeña población cercana a Orihuela a pocos kilómetros del mar Mediterráneo y estoy justamente en “La Senda del Poeta” pues por aquí un joven pastoreaba sus cabritos y mientras lo hacía, su alma de poeta se ensanchaba y crecía también su compromiso y amor por su pueblo.
Estoy en Orihuela nada más ni nada menos en la tierra del poeta Miguel Hernández, quien aquí naciera hace 100 años, hombre luchador y comprometido con las causas de su pueblo, muerto muy joven en la cárcel de Alicante durante la Guerra civil española y que aquí ha dejado parte de su alma en sus poemas, algunos hechos canciones por Serrat con el sabor del Mediterráneo… con profunda emoción escucho a quienes han hecho parte de este singular vecindario y cuentan sus historias, las de él y las de muchos otros que se jugaron la vida por la libertad, de los que cayeron y de los que debieron huir a tierras lejanas… puedo pasearme por su casa, hoy convertida en un sencillo pero acogedor museo, donde se venera su memoria y me tomo una foto en una robusta higuera de su solar, quien fuera testigo de sus ideas y andanzas.
Mi trasegar por estos lados empieza una tarde un poco fría del 2 de mayo cuando arribo a la pequeña ciudad alemana de Obenrburg donde me esperaban chicos de un colegio para emprender con ellos una colorida jornada y allí pintaríamos juntos durante 3 días.
Les conté de Colombia lo bello que es y sus riquezas de todo orden y también de sus grandes contrastes entre quienes viven en la opulencia y los muchos que sobreviven casi en la indigencia, les hablé del despojo y de largas décadas de violencia fratricida, pero sobre todo y lo más importante, les hablé de nuestros sueños, nuestras utopías, de las ganas de vivir y construir un mundo más justo y digno.
Les mostré que a través de las manifestaciones artísticas, del trato amoroso con nuestra madre tierra, hemos podido dar pequeños grandes pasos. Luego se reunirían por grupos, escogerían un tema y harían sus bocetos, posteriormente aparecieron colores, pinceles y formas para convertir el salón de clases en un bullicioso taller y al final hermosas y significativas pinturas eran orgullosamente exhibidas…
Así repetimos esta experiencia en otros dos colegios, en Dülmen cerca de la ciudad de Münster (donde hay más bicicletas que personas y donde se han ganado varios premios internacionales por ser la ciudad con mejor calidad de vida, entre otras cosas por sus amplias zonas verdes) y en Nüremberg donde trabajamos con simpáticos pequeños. Así pintamos juntos nuestros sueños, mundos nuevos y multicolores amaneceres, apoyados en cada lugar por la complicidad de profesores y estudiantes contagiados gratamente de esta fiebre de color.
Rumbo al sur llegué a Múnich donde estaba convocado por Adveniat organización de los católicos de Alemania a participar con mi particular y colorido equipaje en el ÖKT Öcumenik Kirchentag o Encuentro Ecuménico de las Iglesias donde más de 500 mil personas se fusionaron en una gran fiesta multicolor de diversos orígenes, visiones y espiritualidades.
Fue una inolvidable jornada de 4 días -13 al 16 de mayo,- con miles de eventos para expresar de diferentes maneras la necesidad de construir modelos de vida basados en la justicia social, la solidaridad, la ecología, la cultura, las espiritualidades… Allí estuvimos pintando con espontáneos una gran mazorca de sueños y esperanzas.
Ahora nuestro camino seguía hacia el sur rumbo a la provincia de Treviso al norte de la bella Italia donde Simone, Manu, Lore, Rube, Gino y otros integrantes de La Casseta, una naciente asociación cultural, nos brindaba una calurosa y fraterna acogida al sabor de la grappa y las pastas, en medio de lindos paisajes y castillos medievales; tierra abonada por la sangre de muchos “partigianos” y recordados siempre con la emotiva canción de la Bella Ciao.
Aquí realizamos un par de exposiciones, una de ellas en la ciudad de Montebelluna (25 de mayo al 2 de junio) la otra en el marco del XV Festival Ritmos y Culturas del Mundo del 4 al 6 de junio en Giavera del Montello Treviso, donde además participé en el foro: Culturas del Encuentro y Encuentro de las Culturas junto con el presidente de la comunidad hebrea italiana Amos Luzzatto, el antropólogo italiano Francesco Vietti y Lurie Bojonca poeta y escritor de Moldavia.
Concurrieron al evento más de 25 mil personas, la mayoría pertenecientes a diferentes grupos del mundo migrante en Italia. La convocatoria era de Don Bruno y Stefano que acompañados de un gran puñado de organizaciones y personas voluntarias hicieron de este evento una gran fiesta multicolor llena de alegría, arte y cultura. No podía faltar el sabor de nuestra tierra y al ritmo de cumbias del grupo colombiano Mestison bailamos contentos hasta el agotamiento.
Recorrimos hermosos lugares, como la particular y encantadora Venecia que me sorprendió gratamente por sus canales, su arte y su arquitectura maravillosa…
De la hermosa y especial Venecia vuelo a Paris donde la pintora caleña Virginia Hernández de la Asociación Colombia Artística me espera para ayudarme a colgar mis pinturas y así contagiar del vuelo de nuestros coloridos tucanes el consulado colombiano en esta gran ciudad, exposición que permanecerá del 10 al 30 de junio mostrando retazos de patria y tratando de darle el color limpio y original a nuestra desteñida bandera pisoteada muchas veces por oscuros personajes. Virginia es una gran pintora que poco a poco y a punta de muchos esfuerzos y sacrificios se ha abierto paso en estas tierras y de una manera solidaria y generosa abre el camino para otros artistas.
Mi mente se queda corta al descubrir la magnitud de esta megapolis que desborda los límites de mi imaginación y mis expectativas por su grandiosa e imponente arquitectura, sus incontables museos, su cultura y su historia.
Camino por la basílica del Sagrado Corazón, en la cima de Montmartre y me confundo entre los numerosos pintores con sus caballetes, sus lienzos y colores al paso de las calles de este pintoresco lugar, luego el Moulin Rouge (Molino Rojo) donde Toulouse Lautrec se inspiraba en medio de burdeles y cabarés, la torre Eiffel se alza majestuosa e imponente y el recorrido inevitable por el rio Sena en el barco que nos muestra el corazón de la ciudad surcada por numerosos puentes cada uno con una historia diferente. No podía faltar la visita al imponente museo de Louvre a ver de cerca a La Gioconda o Mona Lisa de Leonardo da Vinci con su mirada enigmática y maliciosa. Aquí estaban innumerables tesoros de la cultura egipcia y claro de muchos otros pueblos antiguos más y me pregunté como llegaron hasta allí…
Tanta riqueza y majestuosidad juntas me hicieron sospechar y escuché a Mafalda muy pasito en mis oídos que me decía: “Nadie amasa una fortuna sin hacer harina a los demás”…pensé en la Revolución Francesa y en el destino de los tiranos cuando la gente entiende lo que significa la palabra libertad…así me fui caminando despacio pensando en mi país, atando cabos, ya con mis pies cansados y la voz del altoparlante que me recordaba que ya era hora de salir y despedirme de Paris porque al otro día me iría para Alicante a visitar a mi hija Patricia y a Daniela mi nieta que junto con Tomas me esperaban por allí.
Una hermosa y provechosa experiencia que posibilitó la realización de charlas y encuentros relacionados con el acontecer colombiano, sus contrastes, sus potencialidades, sus búsquedas y sobre todo lo que venimos realizando desde de las diferentes redes de las cuales hacemos parte, buscando bocetar juntos el mundo que soñamos, tejiendo coloridos lazos de amistad, construyendo puentes que propicien el diálogo intercultural, donde abunden generosos la equidad, el abrazo solidario y fraterno entre los pueblos de este fatigado y maltratado pero hermoso planeta.
Reiteramos el compromiso permanente de pintar amaneceres cálidos y multicolores junto a las voces, las palabras y los cantos que matizados por el fuego de la vida anuncian la utopía y la esperanza de los sueños colectivos.
Mi profunda gratitud a quienes han creído en esta propuesta y me lo han expresado a través de diferentes formas, a las organizaciones que facilitaron esta gira, a quienes en cada ciudad me acogieron brindándome su cálida hospitalidad y su amistad fraterna y sincera.
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar…!”
Jafeth Gomez
Popayán, Colombia
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