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Última actualización: 15/06/2009

SIEN-CIA & CABIDURÍA

Vicente Aguilera Zurita
 
Cuando era pequeño, confundía la s con la c, al principio creí que era un problema, pero pensándolo detenidamente…esto me ha permitido diferenciar entre lo que quiere decir sien-cia, cabiduría y otras formas de conocer la realidad.
 
Conocimiento.
 
Hace referencia a averiguar, empleando nuestras facultades intelectuales: la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas. Se trata de un proceso de apropiación que hacemos los seres humanos de lo real, pero esto no quiere decir que lo real sea todo lo existente.
De hecho a lo largo de la historia los diferentes seres humanos han creado muchos seres reales pero que no existen en la realidad, tal es el caso de las amigdalitis, cáncer, sida, entonces lo real hace referencia a producción humana, en cambio lo existente denota una realidad concreta, es decir es el soporte material a partir del cual se produce lo real.
Todo conocimiento entonces debe ser de “algo” y por ello tiene un “ser” que lo origina, esto nos lleva a establecer una diferencia entre el conocimiento de una realidad y la realidad misma, la realidad está allí, pero su conocimiento necesita de un ser que le haga concepto, representación, intuición, información a través del pensamiento.
Lo que se pretende demostrar a través de este trabajo es el hecho de que las afirmaciones hechas por los científicos así como por los sabios son formas diferentes de conocimiento del mundo.
 
Sien-CIA.
 
Se refiere a un proceso complejo de producción de conocimientos, se produce exclusivamente en el campo del pensamiento.
Toda sien-cia para considerarse tal debe tener: su objeto de estudio, su teoría y método; partes constitutivas que están en estrecha relación y si una de ellas falta simplemente no existe sien-cia.
Su objeto de estudio, se refiere a un objeto teórico, es decir es un concepto que debe construirse en el pensamiento, que es totalmente distinto entonces del objeto concreto que existe en la realidad.
La teoría de la sien-cia, hace referencia a los diferentes conceptos que utiliza para lograr sus fines.
Su método, se refiere al procedimiento que se sigue en la sien-cia para hallar la verdad y poder enseñarla. Se trata de una forma de estudio sistemática que incluye las técnicas de observación, reglas para el razonamiento y la predicción, ideas sobre la experimentación planificada y los modos de comunicar los resultados experimentales y teóricos.
La observación nos lleva al planteamiento del problema que se va a estudiar, esto hace que debamos excluir  algunas hipótesis que también son importantes.
La experimentación consiste en el estudio de un fenómeno, reproducido generalmente en un laboratorio, en las condiciones particulares de estudio que interesan, eliminando o introduciendo aquellas variables que puedan influir en él.
Todo experimento debe ser reproducible, es decir, debe estar planteado y descrito de forma que pueda repetirlo cualquier experimentador que disponga del material adecuado y en cualquier parte del mundo.
 
Se puede afirmar también, siguiendo a Mónica Cavallé, que toda ciencia es descriptiva, es decir traduce a un lenguaje técnico, específico, la estructura de un determinado objeto, así la descripción de una enfermedad como el cáncer y la búsqueda infructuosa en que ha entrado la humanidad para lograr encontrar un remedio capaz de neutralizarlo, no nos hablan del sentido de la enfermedad en ese ser humano, dejando de esta forma intacto el misterio del cuerpo, salud, enfermedad y muerte.
Según la mirada de Descartes, Newton, Comnte, Hume, Bacon y todos esos estudiosos que hicieron la revolución del conocimiento entre los siglos XVI al XIX y que contribuyeron a la formación y afianzamiento de la ciencia que todavía está vigente en nuestra época, afirman que en la naturaleza el determinismo y la predicción son indisociables y pueden llevar a los científicos a la proposición de fórmulas matemáticas tan exactas según ellos que todo ya estaba resuelto o faltaba muy poco para tal propósito, es decir el sueño pitagórico de llevar la naturaleza a fórmulas y desentrañar sus misterios para convertirlos en leyes naturales ya se creía alcanzado, se entendía entonces que vivimos en un mundo perfectamente predecible en donde con tener los suficientes datos del presente y del pasado se podía deducir y conocer el futuro.
 
A comienzos del siglo XX, se presentan muchos avances en la ciencia, que demostraron las serias limitaciones de la racionalidad lineal, mecanicista, cartesiana, cuantificadora, descriptiva imperante hasta nuestros días, dentro de estos avances están la física cuántica, la misma que nos permitió ver que los átomos, los quantos, los quarts no se rigen por certidumbres ni determinismos sino que se mueven en el ambiente siguiendo el concepto de las probabilidades, es la mecánica cuántica la que demostró que muchas verdades científicas que se creían inamovibles no eran absolutas. También la mecánica cuántica demostró que el todo no se puede fraccionar en partes ya que lo que más se acerca a la realidad es ese mundo de interrelación y la realidad no esta constituida por bloques o como piezas de rompecabezas.
La sien-cia, junto a la revolución industrial capitalista, tuvo el camino libre para su aplicabilidad práctica y encontró que comparar al hombre con una máquina era rentable y esto hizo que cobre fuerza el modelo cartesiano, hasta el cual llego el modelo médico, el cual esta hecho para que el “ser” produzca más en una sociedad de consumo.
 
Cabiduría.
 
Se trata de otra forma de conocimiento, un conocimiento que no se puede separar de la experiencia cotidiana, es un conjunto de indicaciones operativas, de instrucciones prácticas en donde no hay explicaciones certeras o descripciones denotativas sino un camino de inspiración, en donde hay insinuaciones y no recetas previamente construidas para entender el mundo y la vida, desde aquí se nos invita a acceder a un nuevo estado de saber y de ser cuyas metas son la paz, la alegría y la libertad, no se trata del ingenio de una persona, ni del conocimiento de un libro en particular, en su territorio nadie se siente su propietario, el conocimiento de lo más importante, de las verdades mas significativas no es privilegio de ningún experto o entendido en la materia, sino que esta al alcance de quienes lo anhelan con tenacidad y persistencia, en donde no existe como dice Mónica Cavallé, “el espíritu de propietario”.
En la cabiduría, lo que se pretende es tener explicaciones prácticas orientadas a descubrir por nosotros mismos el sentido profundo de la vida a través de nuestra propia experiencia. Al menos así nos enseña el indio que realiza la danza de la lluvia, él no esta asumiendo una respuesta automática, aquí no hay ninguna tecnología fallida, más bien lo que existe es una invitación a las nubes para que se le unan, para que respondan a la invocación, en definitiva lo que les está pidiendo a las nubes es que hagan el amor con él y como cualquier amante normal puede que estén o no dispuestas a ello.
La cabiduría me ha enseñado que es la racionalidad occidental la que se ha encargado de descalificar los conocimientos y teorías que explican hechos históricos desde otros puntos de vista, Pascal ya lo decía: “Lo contrario de una verdad no es un error, sino una verdad contraria”. También me ha enseñado que nuestros predecesores también manejaban un discurso y que con él construían su realidad. Si los médicos fuéramos capaces de tener más fe y por lo tanto de entregarnos más a los enfermos veríamos más curaciones y milagros en nuestros consultorios, pero mientras sigamos con la miopía de los exámenes, de las rigideces y de las verdades inamovibles, no seremos capaces de ver más allá de los barrotes que nos esclavizan.
Hay médicos que ya no solo quieren uniformar el cuerpo según el modelo biológico, sino que quieren uniformar los colores de los cuerpos astrales o ponernos a girar nuestros chacras a todos de igual manera y con igual velocidad o vendernos sombreros piramidales para fortalecer las neuronas o lentes de contacto para el alma.
Lo que me parece se debe tener cuidado es de la vulgarización de la sabiduría, que de pronto quiere volverse un negocio del mercado capitalista, pues basados en la sabiduría se pretende vender a la gente ungüentos mágicos, piedras que dan poder a sus dueños y otras cosas más que uno no puede aceptar.
 Entonces la sabiduría sería una producción simbólica de una sociedad, que nos permite encontrar el sentido de la salud, enfermedad y la vida y no solo se refiere a una función de la mente, sino que se transforma en un instrumento que nos sirve para vivir y que es necesario para la manifestación de objetivos por los que luchan los pueblos que los generan, como se podrá ver entonces la sabiduría no es sino un instrumento para la construcción de la vida.
La cabiduría, debe ser entendida desde la praxis de los pueblos que lo generan y no como queremos hacerlo, desde la racionalidad occidental dominante.
 
De lo que se trata no es de descalificar y peor desconocer la ciencia o la sabiduría, pero tampoco se pretende articular estas diferentes visiones de la realidad y la vida de forma mecánica sino de crear el espacio para que una y otra puedan dialogar como lo hacemos nosotros con nuestros amigos y en ese dialogo se cuenten sus anhelos y frustraciones sus alcances y limitaciones sabiendo de antemano que a pesar de que se unan los diferentes discursos el misterio de la vida, seguirá ocupando su estratégico lugar, seguirá siendo un misterio.
 
A manera de reflexiones actuales.
 
Los hospitales están pensados y equipados para asistir a toda clase de pacientes, en estos centros de salud vemos por todo lado que los recursos tecnológicos han reemplazado en nuestros imaginarios a los recursos humanos.
Entonces la pregunta es como los médicos podemos cumplir con el “Juramento Hipocrático” si las nuevas situaciones impuestas por la, mercantilización de la asistencia médica y su técnicas contables, priorizan más lo económico que lo médico.
En sus salas de asistencia es fácil oír, el paciente de la cama 21 tiene un ce-a terminal, con metástasis a pulmón, y sonaría extraño escuchar, Pedro, que está en la cama 21 tiene unas ganas enormes de vivir pero, un cáncer hijo de p… le esta matando, a esto se llama, disociación instrumental, acaso lo que se quiere con este léxico tapar la angustia que produce el sufrimiento.
 
Descartes en el siglo XVII, hace una propuesta la misma que se interesa por la: causalidad, objetividad, materialidad de las cosas y desde allí se considera científico todo lo que se pueda reproducir, medir, partir, pesar, entonces el ser humano se convierte en cuerpo orgánico, organismo o cosa objetibable.
 
El ser humano, es decir al cuerpo que somos lo podemos describir desde: el discurso médico y desde allí se le considera como un organismo viviente, que tiene un cuerpo al que se le compara con una máquina cibernética; desde el discurso cultural, el ser humano, es un símbolo de la vida o como diría Guerrero una insurgencia individual, en donde se teje la trama infinita de la vida, si cambia la cultura cambia necesariamente la concepción que tenemos del ser humano.    
 
Descartes propone que para conocer un objeto, incluido el cuerpo, necesitamos centrarnos en lo objetivable, lo que podemos evidenciar con los órganos de los sentidos y los aparatos que alargan su función como el microscopio, telescopio, aparatos para oír lo que normalmente no lo podemos hacer etc., pero esta propuesta desconoce o descarta todo lo obscuro, lo que no se puede evidenciar por los órganos de los sentidos, lo subjetivo, así es como aparece la ciencia moderna.
 
Pero como hemos hablado de discurso, diré que discurso viene de recorte, que utiliza la razón, con la finalidad de comunicar algo. Cuando utilizamos en el discurso médico la razón entonces desaparece el sujeto y aparece el paciente, que tiene una enfermedad a la cual se la ve como una entidad en si misma, desde aquí se postula que hay que tratar las enfermedades y no los enfermos, en esta propuesta no hay cabida para esa manera particular de percibir la enfermedad por parte de los seres humanos, es decir no hay cupo para la subjetividad, es como si no se quisiera postular que lo primero que hay que hacer es tratar los enfermos y no las enfermedades.
 
La existencia del discurso científico médico presupone la visibilización de lo captable por los sentidos privilegiando lo observable, medible, pesable, reproducible, tocable, pero para cumplir tal acometido debe necesariamente fracturar la totalidad, cuando un paciente acude a una consulta, lo que le interesa al médico es descubrir las causas de la enfermedad, los mecanismos físico químicos alterados y sus soluciones, que generalmente son las que propone el mercado influido especialmente por la industria farmacéutica.
 
Ante la muy alta demanda de pacientes por recuperar su salud, se han creado las casas de salud u hospitales en donde es claro y fácil observar la “parcelación del conocimiento médico”, es decir la presencia de muchas especialidades médicas, los peligros que encierra esta parcelación son: - saber mucho sobre la parte y poco sobre el todo, - intervenciones audaces y muchas veces eficaces porque salvan vidas pero solo de los pacientes que tienen capacidad económica y pueden recurrir a estos conocimientos. -  
pérdida de la visión de la totalidad que conduce a errores y a iatrogenia. – por tratar de conocer la verdad científica dejamos de lado temas como la subjetividad del ser humano, sentido de la enfermedad, es decir dejamos de lado los aspectos más humanos que tenemos.
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