Medicinas Tradicionales, Naturales y Bioenergéticas » Vivencias de trabajo comunitario y la concepción de terapia neural - Sandra Isabel Payán Gómez

Última actualización: 27/11/2017

2° CONGRESO MUNDIAL DE TERAPIA NEURAL Y ODONTOLOGÍA NEUROFOCAL

Bogotá, 14-16 de octubre de 2016

 

 

VIVENCIAS DE TRABAJO COMUNITARIO Y LA CONCEPCIÓN DE TERAPIA NEURAL

 

Sandra Isabel Payán Gómez

 

La Terapia Neural ha sido para mí una puerta abierta hacia infinidad de caminos posibles que tienen como horizonte común el cambio de paradigma cultural.

Aprendí Terapia Neural motivada por las insatisfacciones que me generaba la práctica terapéutica ortodoxa y por la bendita cercanía de su historia a la mía, y me encontré con un poderoso impulso para seguir los caminos de mi propio corazón. Ella ha sido guía, cómplice y gestora de encuentros esenciales para mi vida.

La Terapia Neural adquirió nuevos significados en Latinoamérica, gracias a la tenacidad de muchas y muchos, incluyendo a nuestro imprescindible Julio César Payán. En estas tierras, esta medicina reconoció las raíces de sus milagros y la trascendencia de su propuesta más allá de lo terapéutico. Esa es la Terapia Neural que yo aprendí, comparto y ejerzo.

La Terapia Neural expresa la cosmovisión que está presente en nuestros Pueblos Originarios, la que surge del sentido de pertenencia a la Naturaleza.

Viviendo la Terapia Neural, sabemos que todas y todos los seres somos emergencia de la propia organización del tejido vital al que pertenecemos, es decir, que intersomos y que nos auto-eco-organizamos. La sabiduría de la Naturaleza nos constituye, somos saber y poder desde la integralidad.

Por esta razón, la Terapia Neural dialoga de manera natural con otros ámbitos. Los Robles, FUNCOP, los Coloquios de Medicina, Salud y Sociedad, y el Centro de Salud La Nueva Esperanza, fueron escenarios de estos diálogos vitales. Hay diálogos posibles y urgentes, algunos en curso y otros pendientes, entre otros, con la academia, con otras terapéuticas, con cosmovisiones originarias, con la ecología, con la salud pública, con los movimientos sociales, con el feminismo, con la educación popular.

Como Humanidad, estamos transitando una crisis del paradigma cultural. Urgen maneras diferentes a la hegemónica de mirar y de relacionarnos, con nosotros mismos, con los demás y con todos los seres de la vida. El paradigma hegemónico es el antropocéntrico y el naciente el biocéntrico, del cual es expresión la Terapia Neural.

En todas las dimensiones de nuestra existencia, y no solamente en el acto terapéutico, percibimos la necesidad y la posibilidad de vivir desde el sentimiento de ser parte de la trama vital, el cual nos permite respetuosos, solidarios y libres, y ya no desde la soberbia, la fragmentación y el utilitarismo, que surgen de creerse por fuera de la Vida.

El paradigma emergente que revela la Terapia Neural está presente en las sabidurías de nuestros cuerpos y de nuestros Pueblos. Sabidurías que el antropocentrismo ha invisibilizado porque ese es su bastión, no ver lo que Somos, negar nuestra pertenencia a la Naturaleza y crear modelos y artificios para reemplazar la realidad y entonces poder dominar y controlar.

Surge una pregunta inevitable: ¿cómo se transforma el paradigma cultural? Sospechamos que no es linealmente, ni de un día para el otro. Entendemos que se parece más a nacer y a morir, como todo en el complejo devenir de la Vida. Se trata entonces de sumarnos y enritmarnos al cambio, para lo cual es indispensable el diálogo con otros caminos y con otras maneras de caminar.

Para aproximarnos a algunas respuestas posibles, entendemos que la conciencia de pertenencia a la Vida tiene diferentes fuentes que llegan como ríos a un mismo amporá[1], las cuales podrían definirse como: científica, corporal/espiritual, social/política y comunitaria/cultural. Estas fuentes de la conciencia sólo son desde la integralidad, es decir, que aportan al sentido de pertenencia mientras se vivan en intención de coherencia entre sí.

Infinidad de acciones, actitudes, instituciones, organizaciones, movimientos y discursos, aportan a estas fuentes, en diferente medida y con diferentes matices.  Reconocer y valorar estos aportes a la conciencia, es esencial para disponernos al diálogo necesario para caminar hacia mundos mejores.

La Terapia Neural hace valiosos aportes a las fuentes científica y corporal/espiritual del paradigma biocéntrico. Para su crecimiento como oportunidad de promover el cambio cultural, requiere dialogar con propuestas que aportan a las fuentes social/política y comunitaria/cultural.  El trabajo comunitario es una de ellas.  Es por esto, que el diálogo entre la Terapia Neural y el trabajo comunitario permite un enriquecimiento mutuo, tanto de su ejercicio, como de su reflexión y su enseñanza.

El trabajo comunitario al que me refiero, es expresión del mismo paradigma que refleja la Terapia Neural. En la actualidad, lo vivo en el marco de la Salud Comunitaria, en la Provincia de Formosa, Argentina. Consiste básicamente en compartir espacios y tiempos de encuentro auténtico entre las personas, que impulsan la auto-eco-organización comunitaria, es decir, encuentros en los que existe participación, diálogo, construcción colectiva de conocimiento y fortalecimiento de los vínculos.

El propósito de este trabajo es la promoción de la salud de las relaciones, de cada persona consigo misma, con las demás personas y con todos los seres de la Naturaleza. Las metodologías y herramientas utilizadas son coherentes con este propósito, por lo tanto, se basan en la participación, el reconocimiento de los saberes y deseos propios, el respeto, la confianza, la alegría y el afecto.

Percibo que algunos de los conceptos del trabajo comunitario que pueden aportar al caminar de la Terapia Neural, son: el acompañamiento como expresión de la relación más amorosa entre los seres; la salud concebida como salud de las relaciones; el cuidado de la Vida como propósito común, entendido como el Buen Vivir de nuestros Originarios; y la integralidad como condición necesaria para ser parte del cambio cultural, con la consecuente transdisciplinariedad.

La Terapia Neural que renace en nuestra Latinoamérica, nos exige ser parte de la revolución de la Vida por la Vida que ya está en marcha. Nos corresponde sumarnos al cambio de paradigma, aportando desde sus luces y milagros, lo cual sólo es posible si nos disponemos al diálogo con otras propuestas.

La Terapia Neural nos impulsó amorosamente al abismo. Las alas no sólo se extendieron, también se entretejieron con otras, elevándonos hasta la esperanza de otros mundos, más próximos al respeto, a la ternura y al amor.

Que juntas y juntos sigamos caminando nuestras calles y navegando nuestros ríos, abriendo espacios para encuentros auténticos, en los que se impulsen los saberes y poderes propios de los cuerpos y de los Pueblos, que hacen que la Vida vuelva a celebrarse a sí misma una y otra vez.



[1]Vocablo embera utilizado para nombrar el lugar en el que se encuentran dos o más ríos.

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