Carta 135: 03/07/14
CIENCIA Y CULTURA-II-
Paradigma de la Complejidad
Decíamos en la Carta anterior lo esperanzadora que es una actitud como la de Andrés Carrasco al poner su saber al servicio de la Humanidad.
También es esperanzadora la construcción del Nuevo Paradigma Científico, llamado de la “Complejidad” entre otras denominaciones.
Constataciones científicas que se registran desde hace más de un siglo, especialmente desde la Física Cuántica, muestran que el universo material es un todo indivisible, en vez de una sumatoria de objetos independientes.
La Nueva Ciencia cuestiona el paradigma científico reduccionista, analítico, dualista, mecanicista de la Modernidad. Cuestiona también el paradigma cultural antropocéntrico.
La evidencia de que el Universo es una Red de Relaciones, es esperanzadora porque nos lleva a un sentido de pertenencia a la Naturaleza, que coincide con la cosmovisión de los Pueblos Ancestrales.
Fritjof Capra, notable científico cuántico que lleva décadas promoviendo el cambio de paradigma, nos dice; “Restablecer la conexión con la trama de la vida significa reconstruir y mantener comunidades sostenibles en las que podamos satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones sin mermar las oportunidades de las generaciones futuras”.
Para ello, propone la ecoalfabetización, es decir “comprender los principios de organización de las comunidades ecológicas (ecosistemas) y utilizar dichos principios para crear comunidades humanas sostenibles”.
Ilya Prigogine, Premio Nobel de Química y uno de los que más ha aportado al Nuevo Paradigma, define la ciencia como un diálogo con la Naturaleza, siendo muy claro que es para entenderla y no para controlarla.
Es muy esperanzador que científicos como Prigogine y Capra, entre otros, tengan la visión de una sociedad humana sustentable.
Sin embargo…
En tanto los conocimientos generados por esta nueva ciencia, sean sólo una intelección y se continúe en la cultura antropocéntrica, estos saberes también pueden ponerse al servicio de la lógica utilitarista con la intencionalidad de controlar y dominar.
El nudo del problema reside en el paradigma cultural.
Un triste ejemplo lo tenemos con la fabricación de armas nucleares, que ha sido posible por los conocimientos de la Física Cuántica.
Peor aún, haberlas usado en 1945 sobre Hiroshima y Nagasaky.
Sabemos que existen miles de ojivas nucleares en manos de pocos países.
De usarse sólo cien de ellas, se provocaría un invierno nuclear incompatible con la vida humana.
El filósofo Arne Naess, fundador de la Escuela de Ecología Profunda en los años 70, hace un aporte que es oportuno atender, ya que nos lleva a una percepción espiritual.
Para la Ecología Profunda nada está separado del entorno natural. El mundo se concibe como una red de fenómenos interconectados e interdependientes. Todos los seres vivos tienen valor intrínseco.
Una vez más promovemos, y de manera urgente, la revolución mundial del cambio cultural. Abandonar de una vez y para siempre el antropocentrismo y abrazarnos definitivamente al biocentrismo.
No sólo pensar que somos Naturaleza. Lo esencial es sentir que somos Naturaleza, pues de ese sentimiento depende el futuro de nuestra especie.
Al sentipensar que somos Naturaleza se genera otra ética y surgen otros saberes aprendiendo de la Vida y cuidando la Vida.
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio