Carta 160: 26/02/15
SENTIPENSARES EN EL MUNDO CAMPESINO
En la Carta anterior hacíamos algunos comentario en torno a los saberes y haceres para tratar el camby ryru yeré que “Pelé”, como llamaban con cariño a Genaro Cabañas, generosamente compartía durante un Encuentro allá en El Espinillo, Provincia de Formosa, norte de Argentina, en octubre de 1993.
Viene a mi recuerdo una reflexión muy aguda de “Pelé” respecto a un concepto que, como tantos otros, la cultura dominante impone aceptarlo sin cuestionar.
Al relatar que lo llamaron del Hospital “Madre y Niño” por la salud de su hijo, manifestó:
- Miren qué mal que empezamos…El Hospital se llama de la “Madre y del Niño…” ¿Y los padres? ¿Por qué nos dejan a un lado?
Nos hizo tomar consciencia que se naturaliza la exclusión de diversas maneras, como así también se naturalizan otras conductas tales como las que se generan al considerar el suelo, los ríos, el aire, las plantas, los animales, como… “recursos naturales”… ¡no como la vida en sus distintas manifestaciones!
En este instante, revivenciando escuchar la voz pausada de “Pelé, me vienen recuerdos de otros comentarios surgidos en diversos encuentros con familias campesinas:
- ¿Sabes? ¡La doctora nueva del hospital me saludó…!!
- El doctor que me atendió ni me tocó…
- ¡Qué alegría! ¡Vino la Dra. Susana a visitarnos!!! ¡Qué bien que nos atiende cuando vamos a verla a la ciudad!! Nos revisa y NO se pone guantes…
- Yo no tengo estudios… pero la Vida me ha enseñado muchas cosas para vivir…
- Fijate…aquí dice que María visitó a Elizabet cuando estaba embarazada y se quedó como tres meses…¡Esas son visitas!
- Yo fui mamá, así que me acordé que mi cuerpo tiene sabiduría. De esta manera pude ayudar a mi hija cuando tuvo a su bebé y estábamos solas en el campo.
- ¿Que para qué sirve esa planta…? Pues, ¡para cuidar la vida!
- A las plantitas las hizo Dios, igual que a mí… son mis hermanas…
Continuamente doy gracias a la Vida que me ha dado el regalo de vivenciar estas vivencias receptando estos sentipensares.
Sentipensares que nutren mi espíritu, me enseñan a aprehender holísticamente el devenir de los días y alimentan mis esperanzas en un Mundo Saludable.
¿Por qué alimentan mis esperanzas?
Porque son sentipensares que hacen visibles valores internalizados que dan una visión de la vida diferente a la de la cultura occidental, antropocéntrica, competitiva e individualista, entre otras características.
Sentipensares que son poderosos aportes desde lo cotidiano, a Otro Mundo Saludable.
Un Mundo Saludable sin exclusiones, solidario, donde no existe el sentido utilitario y en donde son inimaginables las desigualdades y las inequidades.
Soñamos un Mundo Saludable donde la Humanidad disfruta el Buen Vivir porque ha recuperado el sentido de pertenencia a la Naturaleza. …
El Buen Vivir…Armonía entre los seres humanos entre sí y con todas las formas de vida
Son sueños que nos hacen caminar “hacia la Tierra sin Males”. Sueños que mueven la historia.
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio
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