Cartas que salen del cuerpo » Nro. 166 - Rentabilidad . 09/94/15

Última actualización: 08/04/2015

Carta 166: 09/04/15

 

RENTABILIDAD

        El paradigma científico de la Modernidad, aun predominante, se caracteriza por el reduccionismo, dualismo, mecanicismo y por su moral utilitarista.

Paradigma que surge de la cultura occidental antropocéntrica.

El ser humano se sitúa como el centro del universo, no siente que es un componente más de la Naturaleza.

        Por el contrario, considera a la Naturaleza como un almacén de recursos a los cuales echa mano sin considerar medios.

        Lo hace de manera irrespetuosa y agresiva. No toma consciencia que es irrespetuoso y agresivo consigo mismo.

Con esta cultura y con una ciencia funcional a la misma, no es de extrañar que en la actualidad, lo que se impone, es el afán por la rentabilidad, lo cual, para determinadas personas e instituciones, es un afán excluyente.

Insensiblemente toda actividad personal, comunitaria, social, institucional privada o pública, se evalúa de una manera reduccionista midiendo el ingreso/egreso monetario.

En lo cotidiano se evidencia con la pregunta “¿cómo te está yendo?...”  Pregunta que se formula, por ejemplo, tanto al vecino que instala un kiosco, al amigo que nos vende el periódico,  como al profesional de la salud ha instalado un consultorio privado.

 De uno y de otro, lo que se quiere saber con esta pregunta, es si tiene clientela y por lo tanto ingreso monetario.

El monetarismo llega a tal punto que el “progreso” y el “desarrollo” de un país o región se pretende medir por el crecimiento de la cifra del Producto Bruto Interno (PBI).

El prestigioso economista chileno Manfred Max Neef, nos hace ver el absurdo de un crecimiento lineal en un ecosistema cerrado como es la biosfera.

Por otra parte, nos hace caer en cuenta que el PBI es la sumatoria de todos los “bienes y servicios” que se producen, valorados monetariamente.

Por lo tanto, la cifra resultante del PBI incluye, por ejemplo, tanto el funcionamiento de escuelas y  producción de libros, como la fabricación de armas y la elaboración de  agrotóxicos.

Esta mentalidad lleva a conductas absurdas. El mismo Max Neef cuenta que desayunando en un hotel en el sur de su país, lugar en donde se dispone de tecnología para elaborar productos lácteos de calidad, descubre que el paquete de mantequilla viene de Nueva Zelanda…!

Se argumenta que resulta “más barato”. Un argumento deshumanizador, aleja a las personas. Muy bien en un ecosistema local podrían tener contacto directo quienes producen alimentos con quienes lo consumen.

Una mentalidad econométrica obnubilada, que no solamente es deshumanizante, es también biocida, pues en nombre de la rentabilidad se deforesta, se fumiga con agrotóxicos, se contamina.

Anhelamos que más temprano que tarde, la Humanidad se movilice por la defensa de la vida y en ese andar, recupere el sentido de pertenencia a la Vida, se despoje del antropocentrismo y abrace el biocentrismo.

En este sentirse vida dentro de la Vida, los conocimientos de la Economía tendrán otro propósito: contribuir a la “administración de la casa”.

 Administrar la casa es el bello significado de la palabra Economía.

Proponemos que “administrar la casa” tenga el sentido de “cuidar la casa”, la “Casa Grande” que es nuestro hermoso Planeta.

 

                 Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!

                                                                          Julio

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