Carta 178: 09/07/15
COHERENCIA COTIDIANA
Nuestro querido amigo Luis Weinstein, autor de más de 55 libros, editor de la Revista Co-Incidir que divulgamos mensualmente desde nuestra página, con sus juveniles 84 primaveras., nos apela diariamente con sus tan intensas como agudas reflexiones, desde su cuenta de facebook.
Una de sus más recientes se titula “La práctica consecuente y la lucha por ideales”.
Cita al psiquiatra Alfred Adler: “Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos.”
Luis hace gala de su admirable condición de educador, aunque él mismo se define como “educador silvestre”, con estos comentarios:
Si, es más fácil luchar, hablar, escribir y enseñar
principios que traducirlos en el hacer sentir de cada
día.
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¡Qué complejo es unir la teoría con la práctica, la acción
con la crítica y autocrítica, el discurso y la escucha, lo
poético y lo prosaico, la separación y la integración de lo
que vivimos!
Siento que estamos considerando no sólo un tema esencial, sino vital, más aun, intuyo que es “el tema”.
¿Cómo construir otro mundo posible, un mundo de paz, de ternuras, sin guerras, sin violencias, si no hay paz en nuestra cotidianidad, si no hay paz en nuestro propio ser?
Allá a fines de 2001, con el compañero y amigo Alberto Zorrilla, por entonces Ministro de Desarrollo Humano de la Provincia de Formosa, Argentina, escribíamos el Programa Salud Comunitaria.
Al redactar los objetivos, pusimos en primer lugar “Promover hábitos saludables”.
Y añadíamos, “comenzando con las trabajadoras y los trabajadores del sistema de salud”.
Decíamos, ¿cómo dar salud en un Centro de Salud si estamos con los dientes apretados, con enojos entre compañeras y entre compañeros, a veces expresados y a veces no, consumiendo comida chatarra, fumando…? Quizás se podrá curar o aliviar alguna dolencia, realizar correctamente una curación… sin embargo, jamás dar salud si no se tiene salud…
Luis concluye con este otro comentario:
Qué saludable es tener relaciones testigos, grupos de
encuentro, en que otros nos ayuden a ver la relación
entre aquello por lo que luchamos y nuestra
consecuencia en el aquí y el ahora, complementando o
corrigiendo nuestra autoevaluación.
Siempre recuerdo una historia que escuché en mis juveniles años.
Un modesto obrero, sindicalista, caminando por las calles de Buenos Aires, llevando bajo el brazo un sencillo maletín con una importante suma de dinero, sufre un desvanecimiento.
Asistido en un Hospital se comprueba que la causa del desmayo era que no había desayunado.
Al reponerse cuentan que se desarrolló este diálogo:
- Amigo, ¿por qué no desayunó?
- Doctor… la verdad, es que no tengo dinero…
- ¡Caramba! Y… ¿lo que lleva en ese maletín…?
- No, Doctor… Ese dinero no es mío, es del Sindicato… soy el Tesorero
En el fragor del bombardeo de noticias de robos y de escandalosas corrupciones, es esperanzador que pasen por nuestras mentes imágenes de personas que están, y de otras que ya no están, que viven o han vivido la coherencia.
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio