Carta 179: 23/07/15
VIVENCIAS
La coherencia entre los principios que se manifiestan y el hacer cotidiano, es “el tema vital” para la construcción de un Mundo Saludable, afirmábamos en nuestra Carta anterior.
El Mundo Saludable que soñamos es un mundo de Relaciones Saludables con una misma/uno mismo; entre las personas y de las personas con toda forma de vida: suelo, aire, agua, flora, fauna.
¿Cómo construir un Mundo Saludable si no vivimos la ternura que es lo que caracteriza una relación saludable?
“¡Vivió como pensaba!”, se expresa con admiración al referirse a alguna persona que vivió siendo coherente con sus ideales.
¿Cómo eran conocidos sus ideales? Indudablemente por sus palabras, manifestándolos en conversaciones, discursos y escritos.
La Humanidad valora y tiene sed de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Cuando se expresan pensamientos que afloran desde las vivencias, se percibe autenticidad.
¿Qué son las vivencias?
Allá lejos y hace mucho tiempo, cursando la Escuela Secundaria, un extraordinario profesor hizo que disfrutara la Filosofía.
El texto era “Lecciones Preliminares de Filosofía”, libro que se elaboró con la versión taquigráfica de las conferencias pronunciadas por Manuel García Morente, en la Universidad Nacional de Tucumán, en 1937.
“Vamos a hacer filosofía”, fue una de las expresiones del conferencista que me impactó profundamente. Es imposible, decía, definir ninguna ciencia, ni ninguna disciplina, antes de hacerla. Sólo se recibe un concepto claro, una noción precisa de la misma, si previamente se la hace. Se necesita vivirla.
Allí descubro la palabra “vivencia”, lo que queda dentro de uno.
Este concepto, en mi lejana adolescencia, me marca a fuego.
Para ilustrar la significación de “vivencia”, García Morente, con su florido lenguaje, relata un ejemplo que toma de su colega francés Bergson:
Entre estudiar un plano de Paris, aprender el nombre de sus calles, grabarse imágenes de las fotografías de sus monumentos y pasear veinte minutos a pie por la Ciudad, hay un abismo
Lo primero es una mera idea, una elaboración intelectual, en tanto lo segundo, es vivir Paris, tener la vivencia.
Es muy distinto hablar de “lo que sé de Paris” gracias a mis estudios, a contar mi paseo de veinte minutos por París.
Entre expresar vivencias y expresar una intelección, la diferencia es abismal.
Las vivencias se revivencian, son un eterno presente. Cuando se comparte una vivencia, trasunta una especial energía que moviliza.
En tanto, el discurso fruto de una intelección, fluye como una teoría que se recibe con mayor o menor interés, que se acepta o se rechaza, según el público.
Somos conscientes que el Mundo de Relaciones Saludables requiere de un cambio de cultura. La cultura dominante ha naturalizado la no-ternura, la desconfianza, la violencia (que no es sólo física sino también de actitudes)
Se requiere valentía para resistir los embates de la cultura dominante que es una cultura de muerte.
El Amor a la Vida nos da fuerzas y energías para vivenciar con valentía la Cultura de la Vida, trascendiendo los discursos viviendo un Mundo Saludable día a día.
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio