Cartas que salen del cuerpo » Nro. 184 - Números y mucho más-II-,27/08/15

Última actualización: 26/08/2015

Carta 184: 27/08/15

 

NÚMEROS Y MUCHO MÁS-II-

 

Es necesario estar atentos para que la utilidad y el prestigio de los números, no nos hagan caer en el tecnicismo de leer sin cuestionar cifras “esperadas” o “aceptables”,  decíamos en nuestra Carta anterior.

En el listado de ejemplos sobre la importancia de los números, incluimos “Tasas”.

Invitamos a compartir algunas consideraciones sobre la conocida Tasa de Mortalidad Infantil (TMI): niños fallecidos menores de un año por cada 1000 nacidos vivos. Indicador útil para comparar.

Veamos:

En una zona de una determinada provincia se registraron en un  año 874 nacimientos y 21 defunciones de niñitos que no cumplieron su primer año. En otra zona de esa misma provincia y en el mismo año, nacieron 2185 y fallecieron 25 menores de 1 año.

        Mediante una regla de tres simple se compara qué hubiera ocurrido si en ambas zonas se hubieran producido 1000 nacimientos: en la primera hubieran fallecido 24,0 y en la segunda 11.4, menos de la mitad. Las comparaciones ayudan a la toma de decisiones.

        Nos permitimos advertir sobre algunas situaciones.

Una TMI elevada en una zona, evidencia una situación vulnerable de la población de ese lugar.

Un descenso de la misma no necesariamente indica mejores condiciones de vida.

En la década del 70 comenzaron a implementarse programas de “atención primaria de salud selectiva”, con objetivos puntuales tales como control de crecimiento y desarrollo de los niños, promoción de lactancia materna, rehidratación oral como tratamiento de diarreas y vacunaciones.

        En la década del 90, auge de las políticas de ajuste impuestas a los países de nuestro Continente, el Banco Mundial financiaba los mismos indicando dónde aplicarlos, con la evidente la intención de procurar acallar protestas sociales

        En la apreciación de quien escribe, estos programas son el “brazo sanitario de las políticas neoliberales

        La ejecución de estos programas mostraron su eficacia para reducir la mortalidad infantil. Nos congratulamos por supuesto que esto suceda. 

        Sin embargo es necesario tener en cuenta que se trata de programas que se aplican con la intención de modificar el indicador y no las condiciones de vida de la población.

        Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”, expresa la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Queremos que ese Derecho a la Vida, sea el de una vida en plenitud, en donde se desarrollen todas las potencialidades creativas.

        No caer en el “tecnicismo” de trabajar por la mejora de un indicador por el indicador mismo.

        Los “indicadores”, como su mismo nombre indica, tienen la función de indicar, son un medio y no un fin en sí mismo.

Reiteramos: indispensable estar alerta para que el prestigio de los números no anestesie pensar y sobre todo sentir. La realidad, la vida, es mucho, muchísimo más que números.

 

        Hasta la Victoria de la Vida Siempre!

                                                                Julio

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