Carta 240: 20/10/16
EDUCAR EN LA CULTURA DE LA VIDA -II-
Continuamos compartiendo sentipensares en lo que consideramos esencial en este instante de la Historia de la Humanidad: Educar en la Cultura de la Vida.
Esencial en este instante en que la supervivencia de la Humanidad se halla en riesgo por actividades humanas que son anti-vida, como lo hemos señalado reiteradamente,
Fabricación de ojivas nucleares y de armamento sofisticado; deforestación; depredación de los suelos y de los mares; fumigaciones; contaminación química y radioactiva; emisión de gases de efecto invernadero, son algunas de estas actividades.
Insensatas conductas suicidas de guerra entre seres humanos y contra toda forma de vida.
Conductas que resultan ser coherentes con la cultura que ha impuesto un sistema económico, político y social que reduce todo a variables econométricas: rentabilidad, costo/beneficio, bienes de capital, utilidades y similares.
Sistema que se afirma acentuando la competitividad y el individualismo que frecuentemente en lo cotidiano se expresa con frases como las siguientes: “Yo hago la mía, que cada uno se arregle como pueda, como hago yo…” y se suele escuchar el agregado, “no molesto a nadie…”
“Los cachorros humanos” se crían con las imágenes de esta cultura de muerte. A menudo ante situaciones de violencia que presencian en la pantalla de un televisor o en “vivo” en el propio hogar, se suelen escuchar argumentos que tratan de justificar estas situaciones, sin duda dolorosas para la pequeña o el pequeño: “Tienen que aprender que la vida es así…” Desde temprana edad se inculca “naturalizar” violencias, inequidades, competitividad, individualismo.
No estamos de acuerdo que “la vida es así”. Estamos convencidos que lo natural es apoyo mutuo, solidaridad, felicidad de todas y de todos, armonía, ternura. “Volver a ser humanos”, nos decía el amigo Donato Camey, Maya Kaqchikel, médico graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala y Médico Maya.
¿Cómo Educar en la Cultura de la Vida?
Primera toma de consciencia: ¿Cómo educarNOS para poder educar?
De esta toma de consciencia surgen otros interrogantes. ¿Cómo des-aprender esta cultura? ¿Cómo recuperar nuestra naturaleza humana? ¿Cómo recuperar al Cultura de la Vida, la Cultura Matrística, la cultura de las primeras tribus humanas, de la cual nos habla Maturana?
Sentimos que es oportuno y esperanzador saber que toda persona puede pertenecer a diferentes culturas en diferentes momentos de la historia de su vida si se dan “condiciones de cambio emocional”, afirma Maturana.
Sentipensamos que hay cambio de emocionalidad en personas, familias, grupos de amigas y amigos que buscan construir un mundo distinto, de manera tal que en el interior del propio ser convive la cultura dominante con signos de vida de la Cultura Matrística.
Esta Carta pretende contribuir a que se tome consciencia de ello, y así, abrazar cada vez más la Cultura de la Vida, junto a otras y otros, encontrándoNOS en el hacer caminos de búsquedas saludables.
Proponemos andar cotidianamente haciendo estos caminos, visibilizando signos de vida, y así “los cachorros humanos” crecerán y se desarrollarán en la cultura natural, en la Cultura de la Vida
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio