Carta 244: 17/11/16
EDUCAR EN LA CULTURA DE LA VIDA -IV-
Retomamos las reflexiones acerca de “Educar en la Cultura de la Vida”.
En este instante, la Humanidad se encuentra en una encrucijada crucial. El calentamiento global y la pérdida de la biodiversidad indican que se halla en riesgo su propia supervivencia.
Calentamiento global y desaparición de especies vivas, ya no son sólo constataciones científicas, se las percibe en la cotidianeidad.
A esta situación se ha llegado a causa de una serie de conductas generadas desde la lógica del Antropocentrismo, la del ser humano que cree ser el centro del universo y como tal, con potestad de disponer, controlar, extraer, acumular.
Reiteramos lo ya afirmado, no vacilamos en llamar a la Cultura Antropocéntrica, “cultura de muerte”.
Esta cultura de muerte no es natural, lo natural es la Cultura de la Vida, la del ser humano que siente que es vida dentro de la Vida, que pertenece a la Madre Tierra, a la Naturaleza, al Cosmos, a la Vida.
Recuperar esta cultura de pertenencia es esencial para la propia la continuidad de la vida de la especie humana.
Al preguntarnos ¿Cómo Educar en la Cultura de la Vida?, decíamos que la primera toma de consciencia es educarNOS. Destacamos el NOS tomándonos esta licencia ortográfica, porque es una tarea colectiva.
¿Cómo educarNOS ?
Sin duda que tenemos que des-aprender todo el bagaje de actitudes que hemos naturalizado en el devenir de nuestros días en la Cultura Antropocéntrica.
¿Cómo hacerlo?
“Aprender Haciendo”, es una consigna que con frecuencia he escuchado en los ámbitos de Educación Popular.
Quizás el camino sea, parafraseando esa frase.
¡Des-aprender haciendo!
¿Haciendo qué?
Existen signos de vida propios de esta Cultura de la Vida. Por lo tanto es necesario detectarlos, visibilizarlo y hacerlos, con plena consciencia que son signos vitales!
En nuestras dos últimas Cartas hemos compartido el disfrutar de los climas esperanzadores del Congreso Nacional de Medicina General y del Encuentro de Salud Popular “Laicrimpo”.
Participar de los mismos, ha fortalecido nuestra Esperanza en un Mundo Saludable.
Es que en ambos eventos, sentimos la energía que emana de tantas personas, compartiendo con gran entusiasmo, sentires, pensares, saberes y haceres.
Una constatación que ya están aquí y están ahora, esos signos vitales de Otro Mundo Posible.
Este percibir signos vitales, que con toda seguridad están en miles y en millones de sitios, es lo que nos infunde Esperanza.
La Esperanza nos moviliza a la Acción, pues ya vemos las transformaciones hacia un Mundo que cuida amorosamente la vida, un Mundo de Relaciones Saludables con uno mismo/una misma, entre los seres humanos, con la vida arbórea, con nuestros hermanos de la fauna, con todas las manifestaciones de vida.
Con un alegrémico y amistosófico abrazo,
hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio