Carta 275: 29/06/17
DERECHO A JUGAR… TODA LA VIDA
Nuestra querida amiga Rosa Elena Perez Atehortua, Rossy, Coordinadora del Área de Lúdica, del Politécnico Colombiano "Jaime Isaza Cadavid”, de Medellín, nos hizo recordar que el 28 de Mayo se celebraba el “Día Internacional del Juego”.
El mensaje de Rossy nos provocó algunos sentipensares que deseamos compartir.
Lo primero que vino a nuestra mente, fue la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en noviembre de 1989.
En la misma, se establece el Derecho al juego:
Artículo 31 1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes.
Argentina ratifica la Convención por Ley 23.849, sancionada en setiembre de 1990.
Destacamos que dicha Ley expresa que, “la República Argentina declara que es su deseo que la convención hubiese prohibido terminantemente la utilización de niños en los conflictos armados”. La Convención sostienr que “los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar que las personas que aún no hayan cumplido los 15 años de edad no participen directamente en las hostilidades”.
¡Se ha naturalizado que haya guerras! El mundo que soñamos es un mundo de Justicia y de Paz.
La Constitución de la Nación Argentina, sancionada en 1994, establece en el artículo 75, inciso 22, que diez tratados y declaraciones internacionales, entre ellos la Convención sobre los Derechos del Niño, tienen jerarquía constitucional.
La Convención entiende por niño a toda persona hasta los 18 años de edad.
Ahora bien… ¿qué pasa con nuestra niña/nuestro niño interior? ¡Esa niña o ese niño siempre está!
Maravilloso y esperanzador ir a su encuentro… ¿por qué?
Encontrarnos con la niña o el niño que somos, encontrarnos con el Bebé que espontáneamente sonríe y se asombra, es recuperar lo natural.
La Humanidad requiere volver a lo natural para sobrevivir, y no sobrevivir de cualquier manera, sino disfrutando y desarrollándose en el Buen Vivir.
La violencia y el egoísmo son conductas que se adquieren en la convivencia con adultos que gritan, golpean, olvidan la solidaridad…
Visualizamos que jugar es ir al encuentro de la niña/del niño interior que sabiamente nos enseña que lo natural es Amor, Ternura, Solidaridad, Sentimientos de Amistosofía y Alegremia.
Y mejor si son juegos cooperativos. En una oportunidad un director de una escuela primaria ubicada en una comunidad de un Pueblo Originario, comentó las dificultades de un profesor de Educación Física para armar dos equipos para jugar al fútbol. Los chicos querían jugar todos juntos con la pelota.
Rossy nos dice:
¡Paremos para jugar! El juego rehabilita el alma, la vida y todo tu ser, juega todo lo que más puedas.
El juego es el mundo mágico donde nos encontramos los seres humanos para recrear el mundo.
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!
Julio