Con mi querida amiga Nancy Ruiz Díaz, entablamos una entrañable y fraternal amistad.
Siempre en sus cartas y en sus chats se despide con la frase “Abrazo de Luz”. Me gustó y la comencé adoptar. Poco a poco, le fui dando un significado, que siento el impulso de compartir en esta Carta.
Por experiencias personales, creo que todas y todos tenemos una luz interior en nuestro ser que en algún momento dado se manifiesta para guiarnos en las decisiones.
Como seres singulares que somos, con diversas historias y con variables estado de ánimo, la luz brilla con distintas intensidades y a veces se opaca.
El abrazo es lo que hace visible la amistad. La amistad nos brinda su sabiduría, la Amistosofía.
Abrazarnos es encontrarnos con el semejante. Somos singulares y al mismo tiempo nos pertenecemos, Intersomos, somos interdependientes.
Por eso, el Abrazo de Luz es una manera de contribuir a las relaciones saludables entre las personas. Cuando abrazamos, compartimos nuestras energías, compartimos la luz interior, y ésta se potencia.