Carta 248: 15/12/16
ALIMENTACIÓN MUY SALUDABLE
Recientemente estuve en una Universidad, acompañando a estudiantes de enfermería en una clase sobre “Alimentación Saludable”.
La Docente y el Docente, tras una introducción abordando “Soberanía Alimentaria”, invitaron a reflexionar sobre “algo que hacemos todos los días: comer”.
Es probable que el acto de comer sea algo cotidiano para quienes leen esta Carta.
Siempre debemos tener presente que hoy, millones de nuestros semejantes no tienen acceso a la alimentación diaria,
Se propuso a los grupos, trabajar durante media hora respondiendo las siguientes preguntas:
1) ¿Qué alimentos que consumimos no los adquirimos en el supermercado?
2) ¿Qué alimentos saludables y no-saludables ingerimos?
3) Si cerraran todos los supermercados, ¿con qué nos alimentaríamos?
¡Bueno sería hacernos estas preguntas! “Comer” no necesariamente es sinónimo de “alimentarse”.
En el plenario se presentó una lista de comidas no-saludables, como las llamadas “chatarra”.
Se afirmó la necesidad de consumir alimentos naturales, producidos mediante prácticas agroecológicas.
Se habló de lo pernicioso que son las bebidas gaseosas y de las bondades de los jugos naturales.
Se recordó la célebre frase de Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.
La Vida me ha regalado compartir Encuentros Populares en numerosas oportunidades.
Mi gratitud a las y los participantes, por enseñarme a des-aprender creencias y hábitos no-saludables, y aprehender valores, saberes y haceres cuidadosos de la vida.
En cierta ocasión, se reflexionaba sobre que es necesario “estar bien” cuando se prepara un té o una cataplasma para ayudar a la salud de Alguien.
“Es igual que cuando cocinamos” aportó una “doña”, como se llaman cariñosamente entre sí las mujeres del norte argentino.
Inmediatamente una de las presentes reaccionó en voz alta: “Ahora comprendo por qué la comida de la noche no le cae bien a mi familia… la preparo con pocas ganas y fastidiada. Al mediodía no ocurre eso, estoy de buen humor, canto y cocino con entusiasmo”.
Doña Santa, sabia campesina del norte argentino, nos decía que “no es cuestión de tomar un té de un yuyito si se siente mal del hígado… la cosa es ¿por qué está mal su hígado? ¿cómo se alimenta? ¿cómo vive? ¿se levanta y se acuesta con el Sol? ¿qué hace cuándo se despierta?”
La sabiduría de nuestros ancestros nos enseña a vivir la integralidad,
¡No sólo hay que tener en cuenta los ingredientes para que la alimentación sea saludable!
Soñamos con un mundo que ha recuperado los valores de respeto y solidaridad entre los seres humanos y con toda forma de vida.
Un mundo organizado de tal modo que sea posible la preparación de alimentos naturales en el propio hogar, participando con cariño toda la familia.
Alimentos compartidos en una mesa donde reine un amoroso clima de ternura.
¡Así nuestra Alimentación ha de ser Muy Saludable!
¿Suena utópico? Así es… ¡es Utopía! La Utopía “sirve para caminar”, nos decía Fernando Birri, tal como cuenta Eduardo Galeano en “Las Palabras Andantes”.
Y en ese caminar teniendo la “Utopía en el horizonte”, podemos alimentarnos cada vez más saludable.
Con un alegrémico y amistosófico abrazo,
hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio