EL DESPERTAR DE LA PALABRA CALLADA
Encontré la palabra perdida
escondida tras la duda,
acerqué el abrazo paciente
y en él se sintió segura.
Despacio avancé,
y a mi paso
corrieron aliviadas
aquellas palabras no dichas.
Contentas abrieron sus alas
y aún temerosas comenzaron a volar.
Dudaban del momento, dudaban de la libertad,
dudaban y dudaban,
y ante tanta duda la alegría se fugó.
Fue en ese abrazo
donde hallaron el permiso de dudar,
y allí entendieron
que aun así, volar era necesario.
¡Tanto tiempo de callarse en su encierro!
¡Tanta palabra no dicha pensada!
¡Tanto dolor percibido
en ese callado lugar elegido!
Y así fue el encuentro
que aquel día sucedió.
Y así fue como el tiempo
se llenó de vuelos.
Sabían las palabras
que era el tiempo de crecer.
Matías Andrés Cepeda
28/5/2020