CUANDO EL AMOR FLORECE
No quitaré la rosa del rosal
(por más que ansíe verla entre tus manos)
porque no es digno de un poeta
mutilar la belleza;
mas intrépidamente rodearé
tu cintura con mis brazos
y como si fuésemos aves
hechizadas
por el mago que tiñe
con sus dorados pinceles
las auroras,
por el aire embalsamado
por el cálido perfume del Amor;
y montados en sus alas,
volaremos asidos de las manos
a contemplar unidos.
muy unidos!
la majestuosidad de la grandeza
que es admirar la rosa florecida
y juntos aprenderemos de la Vida
como el Amor también florece
y fructífero como es noble,
excelso y vigoroso,
tanto que mano alguna
¡jamás pueda!
…mutilar su belleza!
Año 1991, recién jubilado, a 43 años de servicios en Correos,
63 de edad y residiendo en Ciudad Evita, Provincia de Buenos Aires,
escribí esta poesía evidentemente inspirado por una Alta Alegremia.
Juan A Guevara
Iguazú, 1° de diciembre de 2011