ELOGIO A LA BICICLETA
Volar sobre ruedas
Juan Yahdjian*
Soy médico, trabajé en el Hospital Madariaga de Posadas unos 10 años, también en asistencia en barrios humildes en los ’70 en plena efervescencia social, siempre preocupado por la salud de todos nosotros. Había estudiado que el uso de la bicicleta era bueno para la salud, hace unos 32 años tuve mi primera bici, ésta vez en Bélgica, donde me había refugiado por razones políticas. En el ‘86 elijo ir a cooperar a Nicaragua cuando la experiencia sandinista y me encuentro con “la bicicleta de mi vida”, que todavía uso por las calles de Buenos Aires y su conurbano, cuando visito a mis hijos - En Eldorado tengo otra que uso regularmente.
OTRA HISTORIA:
Gracias a los viajes espaciales se repasó la fisiología humana y una de las principales comprobaciones resaltó la importancia del movimiento de los miembros inferiores, en el mantenimiento de la salud. Se explica porque en las piernas se centra la principal masa muscular y actúa positivamente sobre la circulación sanguínea y el corazón.
Experiencias posteriores afirmaron que se pueden prevenir varias afecciones corrientes en los seres humanos, sobre todo las que molestan en la segunda mitad de nuestras vidas. Me refiero a la arterioesclerosis (endurecimiento de arterias, que dificultan la circulación), el colesterol alto, el aumento de la presión arterial, la angina de pecho, el estrés, el infarto del corazón, transtornos neurológicos entre otros. En general las várices de piernas no es impedimento, salvo cuando hay hemorragias, trombosis, úlceras, etc. Como se favorece la circulación, también se alivian las várices y sus posibles complicaciones.
PEDALEANDO PARA ENCONTRAR LA SALUD:
Para los que ya tenemos unos buenos años, 77 en mi caso, no conviene enrolarse en competencias y tampoco apurarse o usar mucho el reloj. Mejor si logramos un cierto ritmo y tratar, como cualquier gimnasia, acompañar la pedaleada con la respiración.
Para los que comienzan conviene hacer un plan de entrenamiento no muy ambicioso pero con cierta regularidad. Cada uno verá cómo hacer la progresión, lo importante es hacer. A los que no se animan a usar la calle, está el recurso de la bicicleta fija, la caminata, el trote y también en posición de pie, levantar la rodilla hasta donde se pueda, en forma alterna, contando las veces, hacerlo diario y progresivo, pero siempre tratar de mover las piernas. Esto no quiere decir que no movamos el resto ni que las distintas gimnasias no son útiles, todas lo son.
Es importante tomar y largar el aire por la nariz, en todos los casos.
SENTIRNOS LIBRES:
La bicicleta nos da una agradable sensación de libertad. Nos movemos según nuestra propia posibilidad, no ocupamos combustible, no contaminamos, no producimos accidentes y una eventual caída no reviste gravedad si tenemos un mínimo de cuidado y sabemos las reglas de tránsito. Desgraciadamente no todos los automovilistas nos respetan, se creen superiores con derecho a pasar primero, entre otras soberbias.
Hacer algo para nosotros mismos es reconfortante y el mismo cuerpo agradece. Nos motiva para seguir mimándonos, por ejemplo con comidas y otras costumbres sanas, como los pensamientos y acciones buenas. Mientras pedaleamos proponemos positivo, soñamos que todos pedaleando, caminando, trotando, procuramos OTRO MUNDO POSIBLE. Menos consumismo y más movimiento.
ALGUNOS APORTES TÉCNICOS:
Tener los neumáticos bien inflados previene pinchaduras y alivia la marcha. Puede ser útil llevar una cámara de repuesto y las herramientas para cambiarla, cuando hacemos trayectos largos. Revisar el centrado de ruedas, el espejito retrovisor es imprescindible, al igual que el casco y el chaleco fluorescente. Prefiero las alforjas que cuelgan del portaequipaje en cambio de mochilas al hombro.
* Miembro del Movimiento Social Misiones
y del Grupo Ecológico “Madre Tierra”
Eldorado, Misiones, Argentina