LA  GACETILLA  ALEGRÉMICA

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Nro.2                                                                                                 

6 de Agosto de 2013

Hoy Compartimos…

CULTURA DE LA RESISTENCIA

Reflexiones que nos hace llegar el Amigo Kléver Calle,

Coordinador de Comunicación de React Latinoamericana, Cuenca, Ecuador

Quería compartir esta imagen:

Es una fotografía de bacterias articuladas en complejas y bellas estructuras, de Esthel Ben-Jacob, profesor de la Universidad de Tel Aviv. Al fotografiar colonias bacterianas que se enfrentan a desafíos tales como antibióticos o alimento limitado, Esthel Ben-Jacob pretende desentrañar sus secretos de adaptación. Vórtices y ramificaciones, por ejemplo, son el resultado de un delicado equilibrio entre los requisitos de densidad y necesidades nutricionales. “Cuando [las bacterias] tienen condiciones difíciles, en lugar de competir entre sí, actúan colectivamente," dice Ben-Jacob.

Sobre las concepciones de resistencia, resuenan en mi memoria dos frases: "La resistencia no es una política, sino una cultura" y "la resistencia no es estar en contra, sino crear algo nuevo". Les pertenecen a dos personajes de un documental titulado "Culturas de Resistencia". 

Para mí, esto quiere decir que no debemos centrarnos en las disputas por el poder, frecuentemente estériles y esterilizantes, sino ampliar la mirada, crear nuevos imaginarios, fecundos sentipensares, una cultura biocéntrica. 

Quedarnos en la disputa es caer en la trampa del poder, es perder. El propósito de esta reflexión no es desprestigiar la palabra política, sino potenciar su significado a la luz de nuestras experiencias y de la resistencia bacteriana.

 Como hemos visto, las bacterias son unas maestras en inventar nuevas estructuras para resistir cooperativamente, reorganizan su "economía" para que el alimento esencial no le falte a nadie o para protegerse colectivamente, que es la forma más efectiva de protegerse.

Pero hay más: el resultado (la nueva estructura) es una obra de arte por sus formas y texturas. En este accionar comunitario de las bacterias se conjugan ética, comunicación, economía y arte, factores esenciales para resistir, saltando la trampa de los que quieren hacernos caer en el simple oposicionismo, creando ese otro mundo posible.

Indudablemente, la invención de nuevas realidades sucede en las resistencias sociales. He podido atestiguarlo en Victoria del Portete, una comunidad cercana a Cuenca acosada por corporaciones mineras desde hace 8 años: las relaciones de género, las relaciones sociales y las identidades se han trastocado positivamente.

Profundicemos en la conciencia de que resistir es recrear la cultura, para que nuestras estrategias sean consecuentes con tan sublime objetivo.

Un Abrazote Bacteriano,

                                                Kléver Calle

                                                                                             kcalle@gmail.com