La Gacetilla Alegrémica » Nro. 138 - Quillota ríe en medio de la Plaza Esperanza - 24/07/16Última actualización: 23/07/2016
LA GACETILLA ALEGRÉMICA Publicación semanal difundiendo noticias y sentipensares que visibilizan y anuncian un Mundo Saludable con Alegremia y Amistosofia
24 de Julio de 2016 Nro. 138
QUILLOTA RÍE EN MEDIO DE LA PLAZA ESPERANZA Encuentro con Luis Weinstein y la Comunidad Quillotana (Chile, Julio, 2016)
La Ciudad de Quillota, Chile, se ha declarado guiada
Recorrimos dos horas el camino hacia la ciudad feliz, Quillota. Parece que el karma es inevitable, en el auto junto a Manuel y Claudio Ortega, tuvimos ciertas excusas para brotar risas en medio de los kilómetros que también reían bajo las ruedas.
La Biblioteca de Quillota quedaba en el mejor lugar de todos, una Plaza de Armas rodeada de cafés con malicia, cafés con pie de limón y galletas redondas, que saltaban lágrimas de risa al presentir nuestra llegada. Luego, en la sala, donde pensábamos no habría más de dos comensales, la risa continúo llenado los espacios y fueron al menos 25 labios dibujando la alegría de escuchar a nuestro amigo y maestro de andanzas, Luis Weinstein.
La charla tenía aroma a bienestar y amistosofía, alegremia y esperanza.
La convocatoria del grupo quillotano, liderado esta vez por la sicóloga Verónica Garay, no se hizo esperar y en medio del ese silencio del alma, tan profundo y tibio como las palabras de LuchoW, viajamos en la meditación del amigo, ese amigo que se guarda dentro de cada uno de nosotros, siempre dispuesto a escuchar y a pronunciar mariposas de memoria. Yo me quedé dormida, siempre lo hago. Lucho me invita a viajar tan adentro que ya en la mitad del viaje, mi alma no requiere de la alerta y se dispara mar adentro del inconsciente, regalando aquello que más necesito por estos días, descansar. Luego, fuimos cascabeles de mar haciendo círculos de diálogo, sin otro fin que compartir el viaje. ¿Se imaginan cuántos viajes fueron en 10 minutos? Cada uno de nosotros compartiendo la semejanza, el ser también en el otro, el otro, devolviendo la experiencia que el sueño dibujó. Aguita me miró con mis ojos, yo la encontré cara a cara sabiendo que sus palabras bendecían mi olvido y colmaban la ausencia de comprensión.
Al despedirnos, inevitable fue la invitación al patio trasero, donde el hombre metal pensante, residía por siglos esperando la llegada de los comensales de la alegría y la amistad. Hicimos un círculo de agradecimiento y eternidad. Claudio, el maestro de la risoterapia, nos hizo respirar hasta soltar la risa que a esa hora se transformó en la mejor palabra de gratitud. Y luego los abrazos, esos que tantas veces en nuestras vidas otorgamos, recibimos, recordamos, añoramos; ese abrazo de todos, entre todos, para todos, fue la despedida de la mañana quillotana, biblioteca con libros risueños, galletas con alas saltando hacia los árboles del patio, cafés sobre las tejas y los atardeceres que se asomaban en el horizonte. De regreso, añoré la respiración dulce de Quillota que sabía vendría al pisar la noche de Santiago contaminado. No importa, la pureza del aire la guardo en mi memoria y en la esperanza de transformar todo Chile y el mundo, en el planeta de la felicidad. ¿Me pides que relate el evento? Soy poeta, esta es la manera de relatar la memoria, poesía que sigue caminando en la plaza de Quillota, a la espera de los café con malicia, que no son otra cosa que café con algo dulce. Les quiero, hermanos alegrémicos, les recuerdo en la memoria que avanza hasta ese día que por fin nos podamos abrazar, en medio de la risa y la noble esperanza que sonríe sobre nuestra América de Agua y Sol. La Tierra es una Madre Alegre. María Alicia Pino Santiago de Chile
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