La Gacetilla Alegrémica » Nro. 196 - La Maestra Huracán "Irma" - 08/10/17Última actualización: 07/10/2017
LA GACETILLA ALEGRÉMICA Publicación semanal difundiendo noticias y sentipensares que visibilizan y anuncian un Mundo Saludable con Alegremia y Amistosofía 9 de Octubre de 2017 Nro.196 LA MAESTRA HURACÁN “IRMA” Desde La Habana nuestra querida Amiga Martha Pérez Viñas, nos envía esta Carta compartiendo sus vivencias durante el paso del Huracán “Irma”. La Gacetilla Alegrémica se congratula en hacerla llegar a sus lectoras y lectores, Queridos todos: Los días antes del ciclón se empezó a sentir una tranquilidad engañosa, no se movía nada y había silencio de los animales también. Ya eso lo he visto otras veces… Averigüé con los ancianos y supe que ellos saben eso, y dicen que el ciclón “chupa” todo lo que se le acerca y que por eso todo queda tranquilito. En la foto se aprecia por esos bellos días como se iban formando unas masas de nubes que parecían pesadas y a la vez… ese silencio… que silencio en la naturaleza… quizás el huracán también se come los ruidos para si, todos. El viernes 7 podaron los árboles por lo que ya nos quedamos en ese momento sin fluido eléctrico. El sábado pasó por La Habana lo que se dice que no fue huracán. Realmente con vientos intensos que arrasaron con muchas cosas. Hay huracanes o ciclones que destruyen más las casas y otros más los árboles, este fue el caso. El viento venía del noroeste y nuestro balcón da al sur, por lo que estuvimos hasta la media noche viendo los cajones de aire y el paso del ciclón, y en la madrugada arreció mucho y nos abrió una ventana de nuestra casa y todo. En la tarde del domingo empezó a mejorar el tiempo un poco. Ese día salimos los vecinos de mi piso a caminar hasta el Malecón, allí pudimos ver las penetraciones del mar, el mar penetrando, el muro del Malecón parecía un simple cartón a su merced.
Este es un árbol centenario que lleva todas nuestras vidas ahí y de pronto sus raíces quedan a la luz, y él caído, sólo le doy las gracias por el tiempo que nos alegró su presencia, su sombra, su oxígeno. Así las calles llenas de árboles, troncos, hojas. Sin luz haciendo maravillas para que los alimentos no se echaran a perder, hice recetas para cada cosa. Un yogurt se convirtió en queso, unas guayabas las hice casquitos, un pescado lo hice conservas… lavando con jarritos… echando el agua de fregar al inodoro. Los saberes femeninos se vuelven en estos momentos muy importantes… la Cultura Matrística de Maturana… Las noticias hablaban de los presidentes que se solarizaban con Cuba y pensé que un maestro en solidaridad fue Fidel Castro, y ahora ha quedado eso como una costumbre más afianzada en las mentes de los países y eso es bueno. Sí… evidentemente Fidel es un maestro. “Irma”, por más extraño que parezca, también es maestra. “Irma” tuvo lecciones para todos. Azotó a ricos y pobres por igual. Asustó a todos, de manera que nadie está a salvo con ella y eso sacó los sentimientos universales más comunes a todos por igual. Tantos años divididos los cubanos de la isla y los del norte, tantas diferencias…¡¡¡¡tantas distancias¡¡¡¡¡ “Irma” acabó con eso de un soplo!!... Cuando estaba aquí ya se sentía allá y cuando sabíamos que estaba en la península de La Florida lo sentíamos aquí. Pensaba mientras fregaba en el país de mi apreciado amigo y hermano de camino, Matías, el País Donde Todos Somos Uno, y claro, él es uno de los primeros de este tiempo en visitarlo y avisarnos que existe. Ese país nos quiere hacer saber a todos que debemos visitarlo y comprenderlo y habitarlo y si no lo hacemos por el amor, y el respeto a la vida, lo haremos de esta manera. Es simple. O cuidamos la Tierra, nuestra casa o Ella se sacude de nosotros. También tuve mis vivencias intensas mientras esa maestra se personó. Igual que el silencio engañoso antes del ciclón, el silencio del apagón de seis días me dio la calma de la ausencia de músicas y sonidos diarios que intoxican el entorno, pensé más y estuve más cerca de mi misma. La ausencia de luz artificial nocturna de las ciudades te hace ver algo que llenó mi alma profundamente: el cielo estrellado!! Pude ver las estrellas desde las mayores hasta las muy pequeñitas muy lejanas. Tuve entonces una sensación de belleza que aun me acompaña, fue acompasada con mi respiración y aun siento las estrellas inundando todo mi mundo… Una noche fui a buscar agua a 10 cuadras de mi casa y vine caminado sola con canistra de cinco litros y pude ver la diferencia de lo que es cargarla como lo hacemos a la occidental y como lo hacen en África, de manera que puse en mi cabeza ese garrafón y caminé tan feliz con un equilibrio… Era oscuro y silencioso y saben que pude sentir? Ahhh la música del agua al compás de mi caminar, anoté esas notas, porque supe cuanta música podemos hacer todos, y no lo sabemos. Tenemos músicas con cada paso, y de cada uno, seguro que es diferente. Toda una sinfonía. También llegó el momento del agotamiento colectivo por tantos días fuera de la rutina cotidiana. Llegó el día de la llegada de la electricidad, pude ver mi casa y me di cuenta de cómo la humedad había hecho de las suyas. El ambiente puede cambiar muy rápido y las variables siempre son más de las que la mente humana puede analizar, por eso nos equivocamos con los ecosistemas agrediéndolos. Nuevamente busqué otros criterios y me explicaron otras personas que sus casas estaban llenas de hongos. Es increíble cómo la humedad cambió todo en días e hizo otra realidad. Llegó la recuperación, poco a poco nos reacomodamos, limpiamos, ahora los alimentos podridos, los animales muertos, las plantas que se pudren, pueden comprometer la epidemiología, pero se trabaja y todos los días ya se va adelantando. Pocas personas pueden ver en “Irma” a la maestra, pocas se dan cuenta que los gases de efecto invernadero calientan el mar… Y eso trae más huracanes. Que extraer de la Tierra sus elementos la vuelve vacía y que rompemos el equilibrio de la evolución inteligente y compleja de hace tantos años. Mientras… ya el mar como un plato azul muestra uno de sus más bellos colores, con tonos turquesas… dice Jorge Daniel que es porque la arena se revolvió. Puede ser… Mientras, practiquemos sembrar algunos árboles por los que se fueron, liberemos pájaros por los que murieron encerrados en sus jaulas. Cada vez que podamos aprendamos a visitar el País Donde Todos Somos Uno de Matías, para acercarnos todos cada vez más a sentir la unidad que somos,
Los quiere Marthica Martha Pérez Viñas La Habana, Cuba
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