La Gacetilla Alegrémica » Nro. 322 - El Sendero Mágico - 23/04/20
Última actualización: 21/07/2020
LA GACETILLA ALEGRÉMICA
Publicación semanal difundiendo noticias y sentipensares que visibilizan y anuncian un Mundo Saludable con Alegremia y Amistosofía
23 de abril de 2020
Nro. 322
EL SENDERO MÁGICO
Popayán, Colombia
Buscando un refugio cercano a nuestros sueños, un día llegamos a una vereda en las afueras de Popayán y encontramos un lugar que nos gustó mucho, a pesar de estar bastante deteriorado y maltratado por los cultivos intensivos de café y ganado. Poco a poco y con mucho cariño fuimos reforestando y permitiendo que la misma naturaleza fuera recuperándose. Hicimos allí nuestro espacio para el oficio artístico, adecuamos un sendero ecológico, surgió la huerta sana y hasta unas colmenas para la miel nos resultaron. Se fue poblando de aves y según los expertos hay más de 96 especies que nos alegran con sus cantos y sus bellos plumajes.
Poco de tiempo después de que llegamos, aparecieron los “Taitas” o médicos tradicionales indígenas que con sus rituales y ceremonias de sanación nos conectan con sus saberes, y con sus prácticas nos brindan armonía y nos acercan a nuestros orígenes que subyacen.
El Sendero Mágico es una pequeña reserva ecológica que tenemos desde hace unos 17 años en las afueras de Popayán, al sur de Colombia, en donde realizamos nuestra actividad artística conectada con la naturaleza, y procuramos vivir de una manera sencilla y coherente con ella, alejándonos en lo posible del consumismo e inspirándonos en el pensamiento de los pueblos ancestrales andinos sobre el Sumak Kawsay o el Buen Vivir.
Nos sorprendió el Covid 19 y debimos cambiar rápidamente los planes, suspendimos todo aquello que en lo posible implicara riesgos, así que decidimos aprovechar estos días de cuarentena para hacer la huerta orgánica y tener ojalá pronto, alimentos sanos cultivados por nosotros mismos.
Entonces llegaron las mingas familiares y empezamos a preparar el terreno, dándole a las eras de la huerta una forma de espiral, pues se dice en varias culturas ancestrales que esta forma tiene más fuerza y armonía y una conexión especial con el entorno natural. Allí ahora empiezan a germinar las semillas que plantamos y otras que vendrán desde los germinadores donde esperan su turno para ser trasplantadas.
Una bonita experiencia de trabajo colectivo donde hemos dejado nuestros oficios habituales para re conectarnos amorosamente con la Madretierra y procurarnos comida sana.
Quizás esta sea una gran oportunidad, aunque terriblemente dolorosa, para cambiar de rumbo y establecer otro tipo de relaciones entre nosotros y con los demás seres que cohabitamos en este bello planeta.
El Sumak Kawsay o Buen Vivir, el pensamiento ancestral de nuestros pueblos originarios de los Andes será tal vez uno de los caminos para reencontrar nuestra verdadera esencia y nuestra misión en esta tierra. Será conectarnos con la naturaleza de una forma diferente, amable y cariñosa enfatizando en el respeto y valoración de cada una de las formas de vida, aun de aquellas que parecieran insignificantes.
Gracias a quienes de una u otra forma hacen parte de esta prometedora siembra.