MUROS
En la historia se han levantado y han caído muchos muros. Hay muros de cemento largos y altos, los hay de ladrillos y de firmes tejidos de alambre.
También hay muros políticos e ideológicos, zonas donde es prohibido el paso a determinadas personas, en estos casos son bloqueos, que como los muros, dividen, marginan, separan, discriminan.
En un mundo de poderes son los países poderosos quienes tienen capacidad para levantar muros e instrumentar bloqueos que producen divisiones de familias y comunidades como también serios perjuicios económicos y sociales que hieren la vida.
Hoy los diarios nos hablan de nuevos vientos que soplan en la relación Cuba- Estados Unidos. Como cuando cayó el muro de Berlín, hay motivos para celebrar
Este reinicio de relaciones luego de varias décadas de separación nos dice que los muros y los bloqueos no tienen futuro. Podrán durar muchos o pocos años pero, finalmente la historia junto a los pueblos, los derrumbarán porque la vida se realiza en los caminos de la hermandad, la libertad, la paz y la dignidad humana. Por eso hay fiesta cuando caen los muros y se abre paso la unidad en lugar de la división, el mutuo respeto en lugar de la discriminación y la hermandad humana en lugar de la violencia.
Celebro que soplen nuevos vientos y pido a Dios que el pueblo cubano continúe teniendo la sabiduría y el coraje para defender su sanidad social frente al peligro del narcotráfico, la trata de personas y otras consecuencias que el poder del dinero sabe muy bien levantar como muros difíciles de demoler.
Aldo M. Etchegoyen
Obispo Emérito de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina Buenos Aires, agosto 15, 2015.