Artículos Varios » Por un Yasuní Sano, Limpio y Libre de Petróleo -Kléver CalleÚltima actualización: 17/01/2014
POR UN YASUNÍ SANO, LIMPIO Y LIBRE DE PETRÓLEO Kléver Calle
El Parque Nacional Yasuní, que tiene aproximadamente un millón de hectáreas, en uno de los lugares más biodiversos del mundo, además de ser territorio ancestral de los pueblos indígenas Woarani, Kichwas, Taromenane y Tagaeri. Estos dos últimos, en aislamiento voluntario. Yasuní significa Tierra Sagrada en el idioma Woarani. Uno dato que muestra su inmensa biodiversidad es que ahí se encuentran más especies arbóreas que en toda Norteamérica. El problema es que en el subsuelo existen yacimientos petrolíferos. Dentro del Parque existen varios bloques petroleros en explotación y dos, en exploración. Hace algunos años, se concibió la iniciativa de mantener el crudo bajo el suelo indefinidamente en el bloque conocido como ITT (en alusión los lugares Ishpingo, Tambococha y Tiputini) para respetar los derechos de la Naturaleza, los de los pueblos indígenas y evitar la emisión de 407 millones de toneladas métricas de CO2 a la atmósfera (este bloque está libre de explotación petrolera y es coto de caza para los pueblos ocultos). El Ecuador pedía de la comunidad internacional una contribución económica, en el marco del concepto de las responsabilidades compartidas y diferenciadas y de la justicia ecológica: el 50% de lo que se obtendría si se hacía la explotación, es decir, 3.600 millones de dólares. El presidente Rafael Correa tomó la iniciativa que pasó a llamarse Yasuní-ITT y la lanzó en la Asamblea de las Naciones Unidas en 2007. Se conformó un equipo para la campaña y la recaudación de fondos. Por cierto, los fondos tenían como propósito financiar el cuidado de todas las áreas protegidas del país, impulsar el cambio de la matriz energética hacia las energías limpias y renovables y apoyar el desarrollo social de la comunidades originarias del Yasuní (a la palabra "desarrollo", yo siempre le miro con desconfianza, pero así decía la campaña). Por desgracia, la campaña no estuvo bien conducida y el Gobierno ecuatoriano dio señales contradictorias, lo cual finalmente le restó credibilidad a la propuesta. En agosto de 2013, Rafael Correa anuncia el fin de la iniciativa y la apertura del ITT a la explotación. Se desataron movilizaciones sociales, sobre todo de jóvenes, para criticar la decisión. Se conforma un colectivo a nivel nacional denominado Yasunidos/as, con el propósito de retomar la iniciativa organizadamente en manos sociales. Correa sostuvo que la comunidad no respondió y que el Ecuador tenía derecho a usar sus recursos para combatir la pobreza y empezó una campaña por la explotación, cuando antes la había emprendido por la conservación. Pero para los Yasunidos/as la protección del Yasuní es un asunto de derechos y no puede estar sujeto a la respuesta de la comunidad internacional. Es también la gran oportunidad de romper la dependencia del extractivismo y de todas sus secuelas. Yasunidos/as propuso una consulta popular para que sea el pueblo ecuatoriano el que decida democráticamente si está o no está de acuerdo con mantener el crudo bajo el subsuelo. Aquí cabe resaltar una trascendental "sutileza": la propuesta de consulta popular no tiene relación con los derechos de los pueblos originarios a los que el Estado tiene el deber de garantizar, se refiere a la decisión administrativa del Gobierno de terminar la iniciativa. Por eso la pregunta propuesta dice: "¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente bajo el subsuelo? Claro, lo de fondo es proteger la Naturaleza, a los pueblos indígenas y afrontar la superación del extractivismo. Para que la propuesta de consulta sea admitida por el Consejo Nacional Electoral requerimos reunir 600 mil firmas hasta mediados de abril. Luego de eso, igual, el camino está lleno de obstáculos antes de que sea convocada la consulta. Ya se han violado algunas normas del Código de la Democracia para obstruir el avance la consulta. Creemos que la gente, sobre todo la gente joven, está conectada con esa tierra sagrada y que es posible ganar en las urnas, pese a la poderosa maquinaria propagandística del Gobierno. Estamos detrás de ese sueño con fe y alegremia. Creemos que el Ecuador y el mundo sí pueden vivir sin destruir más la Naturaleza, sin atropellar a las comunidades indígenas, sin afectar la salud. Agradecemos todo el apoyo que nos puedan brindar.
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