Temáticos » Primera Declaración sobre Derechos Humanos de Nuestros Pueblos Originarios-Thelvia Marín MederosÚltima actualización: 05/05/2016
PRIMERA DECLARACIÓN SOBRE DERECHOS HUMANOS DE NUESTROS PUEBLOS ORIGINARIOS (*) Thelvia Marín Mederos (**) Fray Bartolomé de las Casas, fue llamado el “Procurador Universal y Protector de los Indios”. Dedicó cincuenta años de su vida a esta difícil lucha contra los intereses de la corona, a los de la época que le tocó vivir y a los de los sectores más conservadores de la iglesia a la cual pertenecía; donde llegó a ocupar la mitra de Chiapas. Su voz mantiene total vigencia y actualidad; y es motivo de estudio por parte de los historiadores, que analizan su pensamiento, en búsqueda de nuevos aportes, que se reflejan en eventos internacionales y en tratados de historia. La importancia del tema que calificamos como PRIMERA DECLARACIÓN SOBRE DERECHOS HUMANOS DE NUESTROS PUEBLOS ORIGINARIOS, radica no sólo en el valor histórico del hecho de referencia, sino en que hoy, a tantos siglos de que Bartolomé de las Casas librara aquella batalla comenzada por él en l514, la situación de los pueblos indoamericanos y la de muchos pueblos del mundo, a pesar de los avances logrados en países de Nuestra América, sigue siendo la de la más cruel explotación y la peor de las esclavitudes; impuesta por los intereses económicos que mantienen el poder a escala planetaria. Martí dijo que hasta que no se eche a andar al indio América no andará. “Nuestra América” ha echado a andar, hecho que da aun mayor vigencia a la Declaración de Bartolomé de las Casas, en pleno Siglo XXI, fecha de arribo al “Sexto Sol”, nueva era preconizada por los pueblos mayas en el Popol Vuh Es conmovedora la vigencia que mantiene lo expresado en el discurso pronunciado el 1ro de Septiembre del 2001 por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en la conferencia de Durban, Sudáfrica, donde dijo que “La inhumana explotación a que fueron sometidos los pueblos de los tres continentes, incluida Asia, afectó el destino y la vida actual de más de 4 500 millones de personas que habitan en los pueblos del Tercer Mundo. Estas son las víctimas actuales de aquella barbarie que duró siglos, y los inconfundibles acreedores de la indemnización por los horrendos crímenes cometidos con sus antecesores y sus pueblos...Es hora ya igualmente de poner fin a la dramática situación de las comunidades indígenas en el resto de nuestro hemisferio. Su despertar, su propia lucha y el reconocimiento universal del monstruoso crimen cometido contra ellas, lo hace impostergable” Los criterios vertidos en esa histórica conferencia, nos reafirman aún más la importancia que tiene, no sólo en el orden nacional sino especialmente en el marco de las naciones implicadas; que se concreten en la realidad esos planteamientos y acuerdos que van desde la ONU hasta quedar escritos en el papel o circulando por las redes de información pero que no llegan a aplicarse y devienen instrumentos de represión y muerte para quienes los esgrimen Antes de marchar a Cuba como capellán de las tropas de Pánfilo de Narváez, Bartolomé de las Casas decide ordenarse sacerdote. Las Casas permanece en Cuba durante un tiempo y ligado como un eslabón más a la larga cadena de la encomienda; acepta la que Diego Velázquez le entrega en la comarca de Jagua, cerca de las márgenes del río Arimao, donde se dedica a explotarla como hacendado, en sociedad y compañía de Pedro de Rentería, su “verdadero amigo y compañero de las haciendas”. Como encomendero actúa discretamente y sin cometer abusos, pero al referirse a esos tiempos, procede con toda honestidad y se autocritica duramente; y una vez que lo atormenta el sentimiento de culpa, toma plena conciencia del crimen en que está involucrado y decide asumir el arduo camino de “defensor de los indios”, que habría de emprender y mantener hasta el final de su vida. Cuando el conquistador de la Isla Diego Velázquez, decide fundar Sancti Spiritus, solicita los servicios del padre Bartolomé de Las Casas, para que en esta nueva localidad y durante la Pascua de Pentecostés, oficie y pronuncie el sermón en la misa que se ofrecería, para celebrar tan significativo evento fundacional. Las Casas acepta la invitación del primer Gobernador de Cuba e inicia, en silencio, la preparación del sermón que iba a marcar una nueva y definitiva etapa en su vida. El recién ordenado sacerdote no se había percatado del alcance de sus inquietudes morales ni del nivel histórico que alcanzaría su decisión; sin embargo, las autorizadas y tajantes opiniones y palabras de Fray Antón de Montesinos, escuchadas por Bartolomé de las Casas antes de pronunciar ese discurso, habían dejado huellas indelebles en la conciencia de este siervo de la iglesia, que devino a partir de entonces: “benefactor de los indios” Las palabras de Montesinos y la lectura de uno de los versículos del libro Eclesiástico, incluido en la Biblia, desatan en él una violenta lucha interior, donde se debaten los principios bíblicos que debían llevarse a la “praxis”; más los hechos, producto de sus propias vivencias y lo impulsan a tomar la más difícil decisión de su vida, pues en ese texto del Eclesiastes se reclama justicia para todos los hombres y se afirma entre otras cosas que “Mata al prójimo quien le priva de la subsistencia… Derrama sangre el que retiene el salario de jornalero... Si uno ayuna por sus pecados y luego vuelve a cometerlos: ¿quién oirá su oración y qué le aprovechará el haber ayunado?” Muchas veces repasa el fraile dominico los planteamientos del Eclesiastes, pues muy a su pesar, Las Casas había sido testigo de excepción, de cómo se había realizado “la destrucción de las Indias”... “La servidumbre indígena –defendida por los poderes civil y eclesiástico- ...que negaban uno de los derechos que los conquistadores se abrogaban, no había pasado inadvertida para el testigo de la matanza de Caonao”... “Durante su ingente batalla de cincuenta años, cobran vida sus inolvidables Memoriales, los discutidos Tratados Doctrinales, la Apologética Historia, y la Historia de las Indias, cuya trascendencia nadie objeta” Se sitúa la fecha del histórico sermón el Domingo de Pentecostés, en Mayo de l5l4. Con aquel “sermón”, Las Casas hace públicamente, la declaración de principios más importante de su vida, contra la explotación de los indios. Consideramos que esta es la “PRIMERA DECLARACIÓN de DERECHOS HUMANOS”, de carácter ANTIESCLAVISTA, que registra la historia. Es uno de los hechos de mayor trascendencia y sin precedentes en la historia de la Conquista de América: pues Bartolomé de Las Casas renuncia en ese discurso, a su Encomienda, a sus esclavos, a sus posesiones, a sus privilegios y al favor de las autoridades coloniales y a los de la Corona. En ese alegato, “advierte” enérgica y públicamente a los colonos-encomenderos, que para salvar su alma tendrían que renunciar a la “explotación de los indios encomendados”. Lo menos que esperaban las autoridades que lo habían invitado y los encomenderos-esclavistas de la región, era escuchar en la misa solemne y fundacional, aquella apología de la liberación, en la que se planteaba que los indios poseían un alma igual a la de los españoles y que tenían los mismos derechos a la tierra y a sus frutos. A partir de aquí se inicia lo que ha llamado Martí en “La Edad de Oro”, el “medio siglo de pelea” de Las Casas. En aquella fecha ya existía la esclavitud negra en España y en Portugal, pero muy al comienzo de su lucha a favor de los indios, y motivado por la mortalidad en masa de los nativos indoamericanos, el Padre Las Casas plantea la sustitución de mano de obra indígena por mano de obra traída de Africa, por ser los africanos más fuertes y resistentes. Posteriormente y habiendo profundizado cada vez más en los principios humanísticos que enunció en su “Sermón de Sancti Spiritus”; se autocritica pública y descarnadamente el haber cometido tal error, expresado en la Historia de las Indias; y está más que probado que jamás incurre en alguna actitud que pueda debilitar la lucha antiesclavista, alguien que como él, fue capaz de reconocer y purgar sus equivocaciones, aun teniendo acceso a las más altas esferas del poder y la posibilidad de haber lucrado al socaire de ese poder. .En sus tratados doctrinales se aprecia la lucha sostenida, con tal entrega y asiduidad, que hasta la misma corona escucha los argumentos Lascasianos; más no es hasta 1542, que se dictan leyes en respuesta a lo que él solicitaba, de las que apenas algunas fueron aplicadas, pero que quedan como logros indiscutibles de su rectificación en defensa a los pueblos originarios de Nuestra América. .El legado Lascasiano llega hasta nuestros días, cuando se trata el tema de las luchas actuales de Indoamérica. Desde principios del Siglo VI su lucha mantiene vigencia en América y en el mundo. Es necesario actualizar en nombre de Itiba Cahubaba, la Madre Ensangrentada esta PRIMERA DECLARACIÓN de DERECHOS HUMANOS a favor de los pueblos indoamericanos sojuzgados por la usurpación colonial, hecha por Fray Bartolomé de las Casas en el Sermón Antiesclavista pronunciado por él, en 1514, durante el acto fundacional de Sancti Spiritus, en la Plaza donde hoy se encuentra la Iglesia Mayor de esa ciudad. (*) En el marco del festival "Itiba Cahubaba" ( Gran Madre Ensangrentada); y como aporte para honrar la memoria de la líder indígena hondureña, recién asesinada: Berta Cáceres, Thelvia Marín Mederos, aportó el presente trabajo investigativo sobre la Primera Declaración de Derechos Humanos de los Pueblos Originarios de Abya Yala y el cuadro de la Cemí Taína "Itiba Cahubaba".
“Itiba Cahuaba”, Madre Ensangrentada, es la Madre Tierra en la mitología Taína.
(**) Thelvia Marín Mederos es cubana, escultora, pintora, poetisa, psicóloga, periodista y escritora. Ha cumplido 93 años en agosto de 2015.
Foto reciente, gentileza de Martha Pérez Viñas
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