EL SENTIDO DE PERTENENCIA
Rosario Rea
Cochabamba, Bolivia
Va más allá del "espacio dentro la tierra al que uno pertenece, pues, pertenecer, no significa sojuzgar, sino más bien ser parte de algo, Según Feijoo; El sentido de pertenencia es la necesidad que experimentamos de ser aceptados en los grupos de los que formamos parte. Los niños necesitan vincularse, con su familia y desde ahí, tienen que aprender a integrarse en grupos cada vez más amplios y complejos (escuela, grupos de amigos, trabajo, grupos de participación social). Si los niños y niñas se sienten aceptados y queridos, adquieren mucha más facilidad para socializar y para integrarse en otros grupos. Incluir es respetar en el otro el derecho a la pertenencia, reconocernos como iguales.
El sentido de pertenencia en referencia al ser humano, constituye un ser en esencia único, complejo y completo, por lo tanto, no puede estar aislado de sus semejantes, ni exento de su entorno físico, natural; el ser humano no puede ni debe estar en soledad, siempre necesita de sus semejantes, de un espacio territorial, una cultura, costumbres, comunidad, idioma, iglesia, raza, sexo, club social, profesión, trabajo, etc; siempre pertenece a un grupo social, implica la necesidad de amistad, de pareja, de hijos y relaciones afectivas, en general, donde ir creciendo y de ubicarse en un espacio dentro la tierra, tenderá a buscar y reafirmar su identidad, en un circuito dinámico de constantes aprendizajes y cambios que va adquiriendo, cultivando, discerniendo, a través del tiempo y de su tiempo - espacio; cuya sumatoria de identidad, permitirán al ser cognoscente, pensar, discurrir, descubrirse y decidir, cual es su espacio identitario inserto en el tiempo, todo dependerá de su decisión cognoscitiva de análisis propias de cada individuo con respeto a su identidad, que lo vivirá y lo desarrollara en plenitud, si sabe que es lo que quiere, sin intervención de externos, porque de ello dependerá su existir en esta tierra bendita; para lograr comunicarse y convivir con sus semejantes, inmerso en todo lo que le rodea, en lo social, espiritual, material y económico, dentro un sistema de entradas y salidas, así como de recibir y dar todo de sí para consigo mismo y con los demás, dentro el vivir bien.