VIAJE AL PASADO
Luis es un niño con una capacidad extraordinaria capaz de inventar lo que se propone según sus necesidades. Fue abandonado en una casa, sus padres lo adoptaron a los tres años de vida. Él los ama, pero siente que le falta algo…
Se propuso crear una máquina con forma de avión de colores celeste y blanco que le permita viajar al futuro y al pasado. Se pasaba horas creando planos en su cuarto. Al tercer día a las 16:50 terminó el croquis y decidió salir a buscar los materiales, pero los que él necesitaba no se encontraban en su ciudad, entonces decidió ir a la Capital.
De paso por Chaco, un pueblo a 1050 km de ahí se encontró con muchos niños chiquitos caminando, jugando solos, sin ningún adulto controlándolos, cuidándolos y recordó su infancia, feos recuerdos a su mente.
Quiso ayudarlos pero sabía que teniendo una nave que los transporte al futuro y al pasado podría facilitar las cosas. Lo volvió a afirmar cuando vio un paisaje hermoso, cerró los ojos un momento y se dio cuenta que si continuaban viviendo así el mundo sería un caos y nadie podría vivir en un buen lugar. También se dio cuenta que el daño al planeta ya estaba hecho y que era tarde para empezar una campaña.
Entonces echó manos a la obra y decidió construir la nave. No podía perder tiempo. Le llevó tres meses, pero necesitaba un cómplice, alguien que lo ayude a remediar el futuro modificando el pasado.
Entonces conoció a Cornelius. Un famoso escritor, defensor de los pobres, ciclista y dentista. Allí lo llevó su mamá para arreglar una muela, palabra va, palabra viene, le contó su proyecto y lo entusiasmó.
Emprendieron un viaje al pasado. Desarrollaron videos en las escuelas y otros lugares donde todos los veían y se aprendían las canciones sobre qué pasaría en el futuro si no colaboramos con el medio ambiente. Causó gran impacto en la gente y empezaron a cambiar.
Cornelius y Luis vieron grandes cambios, entonces decidieron regresar al presente. Se sorprendieron al ver como todo había cambiado, hasta descubrieron cosas que no estaban planeadas como un cambio del petróleo por una sustancia parecida al agua que no dañaba a los animales y menos al agua. Se sintieron orgullosos al ver la felicidad de los niños aquellos jugando con flores y mariposas junto a sus papás.
Luis se dijo a sí mismo que no quería perder a sus padres. Todo había sido creado por una mujer que tomó la decisión de abandonarlo y nunca preguntar siquiera cómo estaba.
Ahora se dio cuenta que aprendió a valorar lo que tiene
Federica Ibarguen
13 años
Venado Tuerto, Santa Fe, Argentina, setiembre de 2011